Desde hace poco más de un mes hay ruido en la Internet Latinoaméricana. El motivo ahora es del proyecto #LeyBeingolea en Perú, que está trámitándose en el Congreso en dos textos diferentes.
El proyecto de ley busca “actualizar” la legislación penal a los adelantos tecnológicos. Sigue la tendencia legislativa internacional a la defensiva: considera que Internet está lleno de amenazas y, por tanto, desconoce las garantías mínimas en ese entorno.
En la red el tema está manejándose con el apellido del congresista presidente de la comisión de justicia que lo lidera y se resalta que incluye disposiciones para evitar el anonimato en la Red, desconociendo normas peruanas sobre secreto de comunicaciones, levantándolo para “información relacionada con la identidad de los titulares de telefonía móvil; los números de registro del cliente, de la línea telefónica y del equipo; el tráfico de llamadas y los números de protocolo de internet (números IP)”, que deberán entregar los intermediarios en Internet a petición del gobierno, en abierto desconocimiento de la libertad de expresión y del derecho fundamental a la privacidad.
Además creativamente establece nuevos tipos penales, aumenta penas y permite interceptaciones con gran flexibilidad. Se sigue la tendencia de usar vigorosamente el sistema penal, que debería ser el último recurso, con el loable fin de combatir el cibercrimen y algunas nuevas prácticas delictivas, pero sin reflexionar sobre las consecuencias ni las garantías necesarias para que no se les convierta en boomerang.
El procedimiento legisltativo peruano es expedito, así que la sociedad civil local se moviliza en redes con los extranjeros para pedir que se frene y se dé espacio de debate democrático que permita analizar los cambios necesarios abordando Internet como un medio de ejercicio de derechos fundamentales en el que el equilibrio es posible.
Anécdota: cuentan que el dictámen final de la comisión de justicia, donde va el trámite, modificó la motivación original después de que se denunciara era plagiada de “monografías.com”. Sinceramente en nuestros países no se le pone el interés debido a las motivaciones y, al menos en tecnologia, parecen abordarlo como un simple requisito de forma, cuando debiera ser un tema sustancial.
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