Usar las normas de tránsito para explicar el alcance del derecho en la circulación de contenidos es muy útil (Internet es una autopista por la que circulan contenido e información).
Entre Sabanalarga y Barranquilla hay 46.4 km por una carretera asfaltada, plana y con tramos en doble carril, sin embargo se necesitan casi dos horas para recorrerla. Ese fue el resultado de cumplir a pie juntillas con los límites de velocidad establecidos. Hace un año recibimos en casa una fotomulta por ir en esa ruta a 71 km en un tramo de 70 km y es que allí el límite usualmente es 60 km, a veces 70 o incluso 80, y constantemente baja a 30 y 40, e incluso 20.
En entrevista con Yamid Amat, el Vicepresidente habló de cómo están acercando la costa a Bogotá, así que observé también el tramo entre Santa Marta y Bogotá. Sí, está más cerca, pero si es por los límites de velocidad está lejísimos. Hay carriles dobles cuyos límites son más propios de viejos trazados; hay doble línea contínua en extensiones de rectas que deberían servir para adelantar; hay muchos centros poblados donde la velocidad máxima es 30 e incluso 20. Acostumbrados a que no se cumplen, las reglas son parte del paisaje que se ve realmente cuando hay medidas más efectivas de cumplimiento (como las cámaras).
Ahora bien, me preocupa también que nos quedemos con que la carretera es buena para ir más rápido, la verdad es que sin puentes peatonales, atravesando pueblos y sin infraestructura adecuada de paraderos para buses, aunque suba el límite, el destino seguirá estando lejos pues no resuelve accidentes y problemáticas de los habitantes locales.
Somos expertos en regular sin actualizarnos frente a las posibilidades que da la tecnología moderna ni priorizando lo local. Tal como pasa con Internet: quienes intentan regularlo deben hacer el recorrido, detenerse y preguntar cómo funciona, analizar qué significa el hecho de que es una gran autopista y plantearse además consideraciones sobre el bien común y lo público. No hacerlo conduce a la formulación de normas ilógicas o a la parálisis si se cumplen a cabalidad (entre otras, porque responden a lógicas del pasado).