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El país jurídico discute. El país político se revuelca buscando salidas. Mientras tanto, al resto –tras décadas de indiferencia y estigmatización de la movilización social– no nos queda más que presionarlos.
Gabo dijo que la paz en Colombia era un problema de educación. Puede que esto sea lo positivo de los días de vértigo que hemos vivido desde el 2 de octubre. Se están multiplicando procesos pedagógicos de paz.
Con liderazgo estudiantil, la movilización del silencio el 6 de octubre mostró a un país aterrado que en silencio se resiste a volver al conflicto. En la de las flores del 12 ya había fiesta de encuentros y símbolos. Van surgiendo espacios ciudadanos con vigilias, discusiones y pedagogías para analizar y dinamizar una paz que casi tocamos. Instalaron un campamento por la paz en la plaza de Bolívar, se van desarrollando propuestas artísticas como la de Doris Salcedo y se multiplican espacios de reflexión y presión.
“Paz a la calle” surgió el 3 de octubre. Convoca asambleas semanales en el ParkWay en Bogotá. Reglas básicas de respeto y diálogo amistoso para comprender el momento histórico y, sobre todo, ejercer presión para que no haya dilaciones parecen ser el eje. Además de encuentros presenciales, usan redes y tecnología. Están en Facebook y en Twitter (@pazalacalle #pazalacalle), y por Mumble organizan intercambios con otros movimientos ciudadanos como M15 y yosoy132internacional.
En Cali circulan convocatorias y encuentros en parques donde la gente discute para entender y se están articulando para continuar la reflexión. En este caso, el propósito parece más académico. Invitan a mantener encuentros en diferentes barrios para analizar los temas del acuerdo. Comenzaron en lugar a dudas con el problema de tierras y la invitación incluía videoconferencia para quienes no estuvieran allí presencialmente.
De repente se reactivan mecanismos de tecnopolítica y es imposible no pensar en Manuel Castells. ¿Podrán estas iniciativas resistir otras guerras de redes sociales? me refiero a aquellas como las que promueven discriminación en contradicción con la etiqueta #DelAcuerdoNoNosSacan.
Ñapa. En Ciudad Bolívar está sucediendo el festival “Ojo al Sancocho” que también ofrece espacios de discusión ciudadana articulados con la paz. Todavía alcanza, ¡vamos!
