Con apoyo del Banco Mundial, dentro de la semana del acceso abierto, se lanzó una app muy especial, el "Open Access Button" (Botón de Acceso Abierto).
Acceder a los resultados de investigación es costosísimo. En la era de Internet las bases de datos que ofrecen acceso a los más importantes estudios científicos imponen altas tarifas a pesar de que no son quienes financian directamente esa producción, por ejemplo. La idea del botón es evidenciar el otro lado de esta relación, el de la demanda, quién y para qué se usa la investigación y promover su acceso, la oferta. Esto muestra la necesidad de que ese conocimiento circule.
El botón se instala en el navegador (como Mozilla o Chrome). Cuando identificamos un artículo que necesitamos y cuyo acceso depende de un servicio de pago, la aplicación busca si existe una versión de ese documento que sea abierta (en el repositorio institucional del autor, por ejemplo) o en su defecto ayuda a contactar directamente al autor para explicarle la necesidad que existe de acceder a este material para buscar que autorice. Si bien es importante saber que a veces ya el autor no lo controla.
El acceso abierto busca que la producción científica esté al alcance de todos rompiendo barreras económicas, tecnológicas y jurídicas. Los autores y titulares de las publicaciones que circulan gratis en Internet han avanzado en el camino del acceso. Vale aclarar que aquellos que asignan a sus obras una licencia abierta, autorizando a su audiencia usos que tradicionalmente no pueden hacer, son realmente quienes mueven el acceso abierto.
Ahora bien, más allá de voluntades individuales, el acceso abierto en el mundo está siendo impulsado sobre todo por mandatos institucionales (cuando una universidad o centro de investigaciones acuerda con su comunidad que las publicaciones se hagan así), y por políticas de entes financiadores (como el Banco Mundial o los propios Estados como pasa en Argentina), que obligan a quienes reciben fondos a publicar “en abierto”.
Si les interesa apoyar estas iniciativas también pueden unirse a campañas como "unámonos para promover el acceso abierto" o la local #YoComparto.
Con apoyo del Banco Mundial, dentro de la semana del acceso abierto, se lanzó una app muy especial, el "Open Access Button" (Botón de Acceso Abierto).
Acceder a los resultados de investigación es costosísimo. En la era de Internet las bases de datos que ofrecen acceso a los más importantes estudios científicos imponen altas tarifas a pesar de que no son quienes financian directamente esa producción, por ejemplo. La idea del botón es evidenciar el otro lado de esta relación, el de la demanda, quién y para qué se usa la investigación y promover su acceso, la oferta. Esto muestra la necesidad de que ese conocimiento circule.
El botón se instala en el navegador (como Mozilla o Chrome). Cuando identificamos un artículo que necesitamos y cuyo acceso depende de un servicio de pago, la aplicación busca si existe una versión de ese documento que sea abierta (en el repositorio institucional del autor, por ejemplo) o en su defecto ayuda a contactar directamente al autor para explicarle la necesidad que existe de acceder a este material para buscar que autorice. Si bien es importante saber que a veces ya el autor no lo controla.
El acceso abierto busca que la producción científica esté al alcance de todos rompiendo barreras económicas, tecnológicas y jurídicas. Los autores y titulares de las publicaciones que circulan gratis en Internet han avanzado en el camino del acceso. Vale aclarar que aquellos que asignan a sus obras una licencia abierta, autorizando a su audiencia usos que tradicionalmente no pueden hacer, son realmente quienes mueven el acceso abierto.
Ahora bien, más allá de voluntades individuales, el acceso abierto en el mundo está siendo impulsado sobre todo por mandatos institucionales (cuando una universidad o centro de investigaciones acuerda con su comunidad que las publicaciones se hagan así), y por políticas de entes financiadores (como el Banco Mundial o los propios Estados como pasa en Argentina), que obligan a quienes reciben fondos a publicar “en abierto”.
Si les interesa apoyar estas iniciativas también pueden unirse a campañas como "unámonos para promover el acceso abierto" o la local #YoComparto.