Es corriente calificar a esta generación como la generación “cortar/pegar”, jóvenes que copian de Internet sin pensar.
Sin embargo la triste realidad tiene connotaciones de bochorno cuando constatamos que esto trasciende generaciones y es rampante en círculos supuestamente serios y responsables.
Por ejemplo en los últimos 6 meses supimos de la denuncia de plagio de fragmentos de un estudio de la Universidad de Barcelona en una ponencia de un Concejal de Bogotá, y hace poco conté como en Perú Blawyer destapó que la exposición de motivos de la más reciente ley que preocupa a internautas (#leybeingolea) fue copiada y pegada por piezas de sitios como monografias.com.
La semana pasada un joven colombiano, Carlos, mostró cómo en la exposición de motivos de un proyecto de ley, presentado por el congresista Juan Carlos Vélez para crear el Congreso Juvenil, se usaban textos del Espectador, de Semana y de organizaciones juveniles al mejor estilo “cortar/pegar”.
Sorprende que los políticos no caigan en cuenta, como ya saben profesores y alumnos, que así como es de fácil cortar/pegar es también fácil encontrar de dónde sale lo copiado. En el ámbito político esto es importante pues los temas tienen dolientes y una comunidad interesada con pocas herramientas puede auditarlo y denunciarlo por redes mostrando la holgazanería y, sobre todo, la incorrecta apropiación del discurso. Como dice Carlos sobre Vélez “tal vez el país se hubiese ahorrado este episodio, si este Acto Legislativo no se hubiera escrito desde la comodidad de un escritorio, sino que desde un principio, nos hubiese convocado como jóvenes a construir y aportar”.
Y es que a “cortar/pegar” se suma la práctica todavía más extendida, que políticamente puede ser incluso más perjudicial, que es el eje de la denuncia de Carlos: hacer motivaciones a la ligera sin contar con las comunidades interesadas. Sobre este último punto recuerdo que se tramita ahora mismo el proyecto 001 de Cámara sobre excepciones y limitaciones al derecho de autor, proyecto pobremente motivado que tampoco convoca a las comunidades interesadas, esto convierte una buena intención en iniciativa desinformada y llena de errores, como lo denuncia en recientes comentarios el colectivo RedPaTodos.
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