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¿Qué tienen en común el representante Patiño y la Aeronáutica Civil?
Ambos están regulando para proteger intereses legítimos de ciertos sectores (competitividad de productores audiovisuales -#leynetflix- y control del espacio aéreo) desconociendo que están frente a una tecnología generativa con la que los propios usuarios producen cambios inesperados. No analizan ni los retos ni las oportunidades que llevan a esos sectores las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC). Como ya se ha dicho, son regulaciones inconsultas, que no consideran derechos humanos o innovación, o no podrán controlarse.
Según la conjetura de Coase “el poder de mercado de un monopolista que vende bienes durables se elimina si el coste de retrasar el consumo de los consumidores tiende a cero”. Para O’hara y Stevens (2006) el desarrollo de Internet y de las TIC confirma la conjetura. A medida que se generalizan estas tecnologías los costos y el tamaño de los negocios caen y en ese proceso el desarrollo de las TIC hace inevitable que haya reestructuraciones.
No soy economista, pero entiendo que si con las TIC se puede producir a costos mínimos, y acceder a contenidos y servicios con aparatos baratos y con bajo costo de intermediación sucede que el “costo de entrada” a esas actividades económicas cae dramáticamente y, por tanto, regularlas sin considerar el cambio tecnológico y sus efectos, será desastroso. Sería una condena para la innovación y el emprendimiento. Los reguladores deben conocer y reconocer la nueva realidad para regular las TIC.
Si se reconoce que el uso de las TIC es un hecho, lo que tiene sentido es regular los efectos nocivos. Incentivar contenidos nacionales, definir temas tributa, evitar colisiones en el espacio aéreo o proteger privacidad, por ejemplo. Deberían enfocarse en eso y en cómo construir ecosistemas convergentes para Colombia. Visto así el proyecto de ley que busca regular UBER tampoco pasa la prueba. Reconoce un cambio tecnológico pero simplemente da la bendición para que exista, como si fuera igual a las empresas que ofrecen transporte público terrestre (siendo una plataforma global con una gran empresa detrás) y sin abordar las críticas (como que aumenta la precarización del ecosistema).
