¿Pánico financiero o consumidores activando su ciudadanía?

Carolina Botero Cabrera
07 de diciembre de 2018 - 05:00 a. m.

¿Conoce la historia de Rodrigo Rato y del #15MPaRato? Acá se la cuento y cada quien que saque sus conclusiones.

Rodrigo Rato es un abogado que fue vicepresidente y ministro de Economía del gobierno español durante la dirección de José María Aznar. Fue director gerente del Fondo Monetario Internacional, dirigió el grupo financiero Bankia y fue consejero asesor para Latinoamérica y Europa de Telefónica. En el terreno político llegó a sonar como sucesor de Aznar en el Partido Popular. En 2015, fue detenido por primera vez por fraude, alzamiento de bienes y blanqueo de capitales. El 25 de octubre pasado entró a la cárcel.

¿Cómo tan encumbrada figura está en la cárcel? Porque el activismo digital llevado al mundo analógico de la plataforma ciudadana 15MPaRato desveló su rol en la crisis financiera española; siga leyendo.

Esta historia se ubica en un momento histórico que muchos recordamos, la crisis financiera en Europa de hace una década que arrastró particularmente a los países del sur de ese continente. A raíz de esta crisis, en España varios bancos fueron rescatados con dinero público –mientras se pedía a las personas ajustarse el cinturón–, se desinflaba la burbuja inmobiliaria –mientras muchos perdían sus casas– y los fondos de pensiones se quedaban exhaustos –mientras muchos olvidaban la posibilidad de un buen retiro–. Bankia estuvo en el centro de estos hechos; debió recibir un millonario rescate arrastrando a los ahorradores que confiaron en su gestión financiera.

El 15 de mayo de 2011, la crisis financiera, la corrupción, el clima que se vivía en el país llevó a la ciudadanía a la calle a protestar y allí nació el Movimiento 15M de indignados. De este movimiento se derivan diversas iniciativas ciudadanas que buscaban reaccionar a lo que sucedía.

Una de ellas fue la plataforma ciudadana 15MPaRato, que propuso concretamente ponerle cara a la corrupción financiera y llevar a juicio a Rodrigo Rato y a los integrantes del consejo de administración de Bankia. Entendían que no estaban ante una quiebra, sino ante una estafa.

En 2012, la plataforma inició un crowdfunding –una “vaca” digital para recoger dinero para una causa– a través de internet. En 24 horas recaudaron 15.000 euros de casi 1.000 personas que, indignadas, apoyaban iniciar acciones legales contra Rodrigo Rato. Con este dinero, se dio inicio al caso Bankia, que hoy tiene a Rato en la cárcel. Así, se puso cara a los responsables porque la crisis no la causaron tan solo las entidades que se quebraron, las decisiones las tomaron personas que, desde sus posiciones privilegiadas, mantenían una vida de lujo y acciones corruptas en medio de una de las crisis financieras más grandes de España.

Ese mismo año, la plataforma lanzó una campaña en línea. Propusieron #LiquidarBankia para detener el rescate interviniendo judicialmente a la entidad y resarciendo a los ahorradores perjudicados. No lograron detener el rescate, pero a todos los pequeños inversores se les ha devuelto el dinero.

Las acciones de 15MPaRato desvelaron también a “los preferentes”. Con información que les filtraron, estas personas mostraron que Caja Madrid desarrolló un producto que ningún gran banco adquirió y que fue vendido a familias y pequeñas empresas, a pesar de que no tenía mercado interno, en una operación que se ha calificado de estafa.

En 2013, la plataforma ciudadana 15MPaRato recibió miles de correos anónimamente de la cuenta de otro banquero, Miguel Blesa, expresidente de Caja Madrid, que dieron origen al caso Blesa. Los correos privados de Blesa fueron publicados por El País y, entre otras cosas, terminaron involucrando a 87 directivos de Bankia y Caja Madrid –entre ellos Rato–, que usaban fraudulentamente tarjetas de crédito respaldadas por sus empleadores con gastos millonarios en alcohol, perfumes, costosas cenas e incluso retiros en efectivo.

En 2019 iniciará el juicio oral contra Rato y #15MPaRato acaba de lograr su tercer crowdfunding para financiar el acompañamiento legal al que contribuyeron 1.300 personas con casi 30.000 euros.

Las personas son usuarias y consumidoras en el mercado, pero también son activas protagonistas de su realidad. Esto, al fin y al cabo, es la base de la ciudadanía y por eso también se organizan para protestar y actuar, y pueden hacerlo con las reglas del mercado para combatir la corrupción.

Las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) pueden ser herramientas que facilitan la organización y acción ciudadana como lo demuestra esta plataforma ciudadana española, que utilizó muchas de ellas: crowdfunding, filtraciones anónimas de documentos digitales, campañas en línea, documentación de sus acciones en plataformas como Wikipedia, etcétera. Y esas acciones digitales también pueden llevarse al mundo analógico, como en este caso, a través de acciones judiciales.

No es pánico financiero, son personas que desde su rol de consumidoras se organizan para activar su ciudadanía. También es cierto que en España no se cuentan por cientos al año los muertos por inconformidad con el sistema.

 

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