Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Varios sucesos de esta semana dejan la sensación de que “vamos mal”
1. La Corte Europea de Justicia dictaminó que la vigilancia masiva de ciudadanos, derivada de la directiva de retención de datos, no es compatible con los derechos humanos. Dijo que el monitoreo generalizado de la población es inaceptable en sociedades democráticas. La directiva europea ordenaba retener datos de ciudadanos por 2 años. En Colombia la norma equivalente es de 5 y ha facilitado recientes interceptaciones a comunicaciones de personas concretas (me refiero al caso Andrómeda). Vamos mal.
2. Los expertos que analizaron la semana pasada el marco legal de vigilancia entregaron sus resultados, sabemos lo que dijeron por la prensa pues no hay documentos públicos. Entre las sugerencias, mencionan controlar mejor a quienes hacen actividades de vigilancia creando un órgano de regulación que le responda al presidente y sea dirigido por un civil “para ejercer una especie de veeduría ciudadana”, dicen en El Espectador. Además, recomendaron alinear nuestras normas con la Convención de Budapest. Deberíamos poder conocer esas recomendaciones. Me sabe a poco que el control ciudadano sea un civil encargado de dirigir al regulador (al Mindefensa lo dirige un civil ¿y?). Además de la Convención de Budapest, necesitamos los principios internacionales sobre aplicación de derechos humanos a la vigilancia de las comunicaciones que impulsa la sociedad civil internacional. Vamos mal.
3. Pasó Stiglitz por Colombia y le confirmó a Santos que los TLC no son acuerdos neutrales, son para beneficio de EE.UU. Aconsejó nivelar el juego en el terreno. Sobre esto, solo queda por regular en Colombia el Derecho de Autor. Deberíamos estar discutiendo cómo superar la “talla única” de la Ley Lleras y revisando opciones, pero ni los candidatos hablan de eso. Vamos mal.
4. Salió el informe OCDE sobre políticas y regulación de telecomunicaciones en Colombia, que será hoja de ruta dado el afán del gobierno Santos por entrar al club. Aunque hay cosas interesantes, es una agenda de privatización para ETB y EPM. Propone que volvamos a reguladores privados (¿alguien se acuerda del viejo Consejo Nacional de TV?) y dice que el sector de la telefonía fija está peor que el celular, ¿de verdad?. Vamos mal.
