No deja de sorprender que Pombo sea polémico como escritor infantil. Algunos se decepcionan diciendo que no era tan original y otros, como Yolanda Reyes, reclaman al Estado por ocuparse más de escritores muertos que de los vivos.
Personalmente estoy con Jorge Orlando Melo. La genialidad de Pombo radica en esa originalidad que nace de recrear lo que ya existe y hacerlo bien.
Leí alguna vez que el que Pombo sea autor infantil por excelencia se debió a las múltiples ediciones hechas por diferentes ilustradores, ya que él nunca reivindicó derechos de autor y más bien insistió en reconocer como fuente de sus creaciones infantiles tanto la tradición oral inglesa como la cultura popular colombiana.
Lo cierto es que Pombo es un autor que se ha ganado su puesto en la historia con una producción que hoy es de dominio público. Sorprende que la versión digital conmemorativa de Mincultura (1) para la Filbo tenga todas las restricciones técnicas (sólo se permite leer) y jurídicas (todos los derechos reservados). La publicación combina textos originales, de dominio público, con nuevas obras, ilustraciones protegidas, sin distinguir las opciones que como usuarios tenemos. El texto en dominio público permite que cualquiera lo use libremente; podría incluso explotarlo comercialmente. Si la intención es incrementar la difusión, y la producción la pagó el Estado, Mincultura podría incluso negociar licenciamientos abiertos para las ilustraciones favoreciendo prácticas de usos digitales.
Sé que el Estado colombiano ha defendido un derecho de autor fuerte. Hace unos años, en discusiones de la agenda para el desarrollo de la OMPI, se negó a considerar declaraciones de fortalecimiento del dominio público indicando que ése no era el propósito del derecho de autor. Hoy está claro que es un sistema de derecho de autor equilibrado entre autores, titulares y usuarios el que permite incentivar la creación, proteger al autor y promover la innovación. Pombo es un gran ejemplo, y lo es también para que el Estado reflexione sobre sus propias decisiones en derecho de autor, de modo que tengan en cuenta a los ciudadanos, y note que evidentemente no perjudican al autor. Es más, en este caso seguramente sería lo que a él le gustaría.
(1) http://www.mincultura.gov.co/pombo/docs/pomboyplatillos.pdf
No deja de sorprender que Pombo sea polémico como escritor infantil. Algunos se decepcionan diciendo que no era tan original y otros, como Yolanda Reyes, reclaman al Estado por ocuparse más de escritores muertos que de los vivos.
Personalmente estoy con Jorge Orlando Melo. La genialidad de Pombo radica en esa originalidad que nace de recrear lo que ya existe y hacerlo bien.
Leí alguna vez que el que Pombo sea autor infantil por excelencia se debió a las múltiples ediciones hechas por diferentes ilustradores, ya que él nunca reivindicó derechos de autor y más bien insistió en reconocer como fuente de sus creaciones infantiles tanto la tradición oral inglesa como la cultura popular colombiana.
Lo cierto es que Pombo es un autor que se ha ganado su puesto en la historia con una producción que hoy es de dominio público. Sorprende que la versión digital conmemorativa de Mincultura (1) para la Filbo tenga todas las restricciones técnicas (sólo se permite leer) y jurídicas (todos los derechos reservados). La publicación combina textos originales, de dominio público, con nuevas obras, ilustraciones protegidas, sin distinguir las opciones que como usuarios tenemos. El texto en dominio público permite que cualquiera lo use libremente; podría incluso explotarlo comercialmente. Si la intención es incrementar la difusión, y la producción la pagó el Estado, Mincultura podría incluso negociar licenciamientos abiertos para las ilustraciones favoreciendo prácticas de usos digitales.
Sé que el Estado colombiano ha defendido un derecho de autor fuerte. Hace unos años, en discusiones de la agenda para el desarrollo de la OMPI, se negó a considerar declaraciones de fortalecimiento del dominio público indicando que ése no era el propósito del derecho de autor. Hoy está claro que es un sistema de derecho de autor equilibrado entre autores, titulares y usuarios el que permite incentivar la creación, proteger al autor y promover la innovación. Pombo es un gran ejemplo, y lo es también para que el Estado reflexione sobre sus propias decisiones en derecho de autor, de modo que tengan en cuenta a los ciudadanos, y note que evidentemente no perjudican al autor. Es más, en este caso seguramente sería lo que a él le gustaría.
(1) http://www.mincultura.gov.co/pombo/docs/pomboyplatillos.pdf