El seguimiento que se hace de la actividad legislativa es parte importante de la incidencia política que pueda hacer la sociedad civil, nos permite aprender y proyectarnos.
Desde el principio intuíamos que no se podía esperar mucho de 2014. Como año electoral no debía ser muy movido y por tanto no dejó sorpresas. En 2014 el Congreso se dedicó a la política, a medir fuerzas y a analizar un par de prioridades (la ley de equilibrio de poderes y la reforma tributaria), por eso en el monitoreo que hicimos del Congreso encontramos que en los temas de cruce entre derechos humanos y tecnología, especialmente Internet, la actividad fue escasa.
De lo poco que vimos en estos temas la tendencia se mantuvo: en materia de tecnología se regula infraestructura y cables, no se discute el impacto que éstos tienen en el ejercicio de derechos, ni el modelo de desarrollo que proponen. 2014 no fue la excepción. De hecho aunque llegamos a pensar que podía ser interesante el proyecto de ley que proponía incluir el acceso a Internet como derecho fundamental en el artículo 20 de la Constitución, dado que la propuesta se centraba en la obligación del Estado de ofrecer banda ancha a los colombianos, el proyecto se hundió sin sorpresa. Creemos que de plantearse el problema como la necesidad de satisfacer para todos los colombianos el acceso a Internet porque es un medio que permite el ejercicio de derechos humanos, la discusión estaría en otro terreno y sería viable.
Otros proyectos que se presentaron esta legislatura se referían a una amnistía para emisoras comunitarias, sistemas de biometría, fomento al software nacional, subsidios para decodificadores de TDT, alfabetización digital, bases de datos y tratamiento de datos personales o contaminación electromagnética. Estas propuestas se quedaron en su mayoría en la publicación del texto, a muchas de ellas ni siquiera se les asignó ponentes y nunca estuvieron en el orden del día. Ahora bien, será tarea de 2015 revisar el frenesí aprobatorio y de pupitrazos que vivimos los últimos días, eso nos permitirá establecer qué es lo que interesa al Congreso y quizá imaginar lo que sucederá en 2015. Amanecerá y veremos! Feliz 2015!