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En Europa no escampa. Es la conclusión tras conocer la nueva Directiva sobre Derecho de Autor en el Mercado Único Digital.
Después de años de análisis, informes y consultas públicas, finalmente la Comisión expidió la Directiva de la que dice es “una normativa moderna sobre derechos de autor en la UE para que la cultura florezca y se difunda”. Sin embargo, para los grupos activistas como Communia, la norma “falla en cumplir las necesidades de ciudadanía, educadores e investigadores en Europa. En lugar de fortalecer la economía digital, la propuesta mantiene el status quo definido para el mundo analógico”. Cuestionan, por ejemplo, cómo en lugar de una excepción amplia para educación, acogieron una muy limitada que se expande pagando, si el material está disponible mediante licenciamiento. Es decir, sacrifica innovación y presupuesto educativo por apoyar viejos modelos de negocio.
También critican que extienda el llamado “impuesto Google”; en adelante los medios podrán cobrar por extractos de sus noticias en Internet durante 20 años. Esto ya sucedía en España y en Alemania sin obtener el éxito esperado.
Cuestionan también que las plataformas de video deberán implementar robots para detectar automáticamente canciones o audiovisuales protegidos y, según sea el negocio con el titular, autorizarlo o retirarlo. En Arstechnica, Glyn Moody, experto en temas digitales, afirma que “las empresas de Internet serán la policía de la industria y deberán vigilar a sus usuarios”.
Es difícil explicar cómo cada reforma al derecho de autor afecta nuestra vida, el efecto es lento. Piensen en una ciudad amurallada. La muralla busca protegernos de peligros y pensar que subiéndola mejoramos la protección, suena hasta sensato. Más allá de su efectividad, la vida sigue dentro de la ciudad --compramos y vendemos, entramos y salimos--, pocos se percatan que cada vez es más difícil ver el cielo. Probablemente llegue el día en que olvidemos cómo se veía. Puede que en Internet, solo notemos el gran tamaño de la muralla que hemos construido cuando tengamos que hacer maromas increíbles para educarnos, participar de cultura, acceder a noticias, etcétera.
En Europa comenzará un nuevo round, pues EDRi llama a la ciudadanía a rechazar la directiva localmente. En Colombia, seguimos preparando comentarios para nuestra propia reforma.
