Publicidad

Hasta las últimas consecuencias

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Carolina Sanín
19 de mayo de 2009 - 03:20 a. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Emilia ha buscado y esperado durante treinta años a su marido, Simón, un cartógrafo que desapareció poco después de su matrimonio, durante la dictadura militar argentina.

A pesar de los testimonios y la evidencia del tiempo, la mujer porfía en creer que Simón sigue vivo y que ha trazado con su vida perdida un mapa que ha de conducirlo hasta ella. También a través del trazado de un mapa, Emilia ha conseguido desdibujar las coordenadas temporales para reencontrarse con su propio deseo y con su juventud. Un día, en New Jersey, vuelve a ver al hombre a quien ama, que no ha envejecido.

Purgatorio, la novela más reciente de Tomás Eloy Martínez, revisa el talante de la dictadura argentina, encarnado en el doctor Orestes Dupuy, consejero del gobierno y padre de Emilia; recrea la obnubilación de la sociedad de la dictadura, el Mundial de Fútbol de 1978, la Guerra de las Malvinas, las desapariciones de personas. Más allá del comentario político, de la acusación y de la contundencia trágica, se constituye en una respuesta exhaustiva del intelecto ante lo que no tiene reparación y no ha tenido castigo. Purgatorio asume la responsabilidad de hacer justicia explorando hasta las últimas consecuencias la idea de lo que desaparece, de lo que late entre la negación y la imaginación.

Tomás Eloy Martínez ha escrito una maravillosa novela metafísica, cuya trama concretiza, a través de interrogantes cotidianos, el problema de la inexistencia. Se pregunta adónde van los recuerdos de una anciana que pierde la memoria; dónde se sedimenta el cuerpo que se extingue; adónde viaja la razón de una mente que se aliena; en qué se convierte una enfermedad que se cura; en qué se transforma la identidad tras la conversión religiosa; cómo es el duelo de los muertos insepultos; qué dejan atrás los hechos que no se convierten en historia; cómo se realizan las ilusiones cinematográficas; en qué punto del tiempo existen los suburbios estadounidenses, donde nada puede pasar y nada se construye; a qué fantasma o a qué mapa puede regresar un exiliado; y cuál es el lugar y el momento de esa especie de entreacto especular en donde vive el amor.

La novela asume el ritmo del Purgatorio de Dante, esa difícil alternación entre el estatismo y la fuga con la que se describe el lugar que está del otro lado de la vida pero en el que, a diferencia del Infierno y el Paraíso, el tiempo (la esperanza) existe: el lugar del discurso literario.

Conoce más

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.