Expertos advierten acerca de los riesgos derivados del fenómeno de El Niño, el cual se aproxima a Colombia y otros países de la región con intensas olas de calor y variaciones climáticas que anticipan escasez en la producción agrícola y, en general, un aumento considerable de riesgos de vulnerabilidad social y ambiental. La información disponible destaca que las temperaturas serán mucho más elevadas de lo habitual, con una estimación de permanencia de este fenómeno hasta finales de 2023 y con una proyección que hará del 2024 uno de los años más cálidos en la historia.
Este panorama, por supuesto, impactará en la sociedad colombiana, que verá un aumento de precios de los productos derivados o dependientes del sector agrícola, podrá frenar una tendencia favorable hasta ahora en términos de inflación, ya que las reservas de alimentos para consumo no tendrán la misma disponibilidad. Además, este panorama agudizará los problemas sociales y económicos en materia migratoria, pues es ya un hecho en el país y la región la presencia de migrantes ambientales: la cara humana y más próxima del cambio climático.
Todo lo anterior, sin duda, evidencia la necesidad de mantener el enfoque propuesto por la comunidad científica de llevar a cabo acciones concretas para mantener la variación climática por debajo de 1,5 °C, teniendo el año 2030 como referente temporal. Cabe recordar que esta es una meta esquiva desde hace años en el marco de las negociaciones climáticas, e incluso en escenarios recientes como la COP26 en Glasgow.
1,5 °C no es solo un número sobre el cual los Estados y el sector productivo e industrial pueden negociar. 1,5 °C es el límite que el planeta nos impone como sociedad para cambiar nuestros patrones de consumo y producción de los actuales modelos de desarrollo económico, pues mientras el planeta ahora se acerca a unos peligrosos 1,2 °C desde que se proyectó esta meta, el sistema climático nos advierte que vendrá un punto de no retorno.
1,5 °C no es solo un número que la comunidad científica estableció a partir de evidencias, las cuales son, quizás, el principal hallazgo científico sobre el clima en las últimas décadas. 1,5 °C es el inicio de una espiral de más casos de muertes en el mundo por hambrunas, enfermedades infecciosas u olas de calor. Es, además, la sentencia que recibirán los arrecifes de coral, especies de animales vertebrados e invertebrados, variedades vegetales e incluso de la capa de hielo antártica, que iniciaría un proceso de deshielo irreversible.
El fenómeno de El Niño es tan solo un recordatorio de este número. Si no adoptamos medidas con prontitud, a partir de 2030 el mundo no volverá a ser como antes y las generaciones futuras recordarán que fuimos nosotros quienes, teniendo soluciones a la mano, firmamos una condena de muerte.
Iván Vargas Chaves
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