Día internacional de la neutralidad
Esta carta que escribo es de una historia en nuestros tiempos. El 12 de diciembre pasado, se conmemoraron los 27 años del primer país centroasiático en convertirse en una nación permanentemente neutral. Se trata de la República de Turkmenistán, un país de la antigua Unión Soviética que consiguió su independencia en 1991. En 1995, bajo el mando del presidente Saparmyrat Nyýazow, se declaró como un estado neutral, lo que significa que esa nación no entra en ningún conflicto bélico con otra nación ni lo apoya, sino que prefiere quedarse como una observadora de acontecimientos y en esto se diferencia de un ‘no-alineamiento’.
Turkmenistán tiene una bandera verde con una luna creciente y cinco estrellas que representan sus cinco provincias. A la izquierda hay una franja con sus cinco motivos de alfombras típicas y la rama de olivo de la ONU, símbolo de paz. En efecto, nunca ha entrado a un frente de guerra.
En febrero de 2017 la Asamblea General de las Naciones Unidas, en la Resolución 71/275, designó que el 12 de diciembre sería el Día Internacional de la Neutralidad. Frente a tensiones políticas y escaladas de las crisis mundiales, es muy importante que se respeten los principios de soberanía, igualdad, integridad, libre determinación, no intervención en los asuntos internos de otros países y promover cualquier solución pacífica ante un conflicto internacional. Así no pondrá en peligro la paz. Si más países siguieran el ejemplo de Turkmenistán no habría guerras ni conflictos que infringieran la paz, la integridad y el desarrollo mundial.
Edgar Alberto Sánchez Moreno, Bogotá
Sobre la polémica por que Bad Bunny arrojara al mar el celular de una fan
Lo de Bad Bunny fue definitivamente una reacción exagerada, aunque se entiende su cansancio con los fans acosadores. La adoración —ciega, excesiva— de sus seguidores (a quienes les debe su fama) se le subió a la cabeza, y ahora actúa como un completo irreverente. No estoy a favor de la cultura de la cancelación, pero creo que este error le va a salir bastante caro. Que arrebatara el teléfono de su seguidora y lo tirara al mar muestra que su compromiso con la igualdad de género es propaganda.
Simón Naranjo Restrepo, Medellín
Envíe sus cartas a lector@elespectador.com