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Estuve viendo el documento que resume los 35 años del acuerdo de paz con el M-19 y, si bien hay unas deudas con las víctimas, también el Estado colombiano tiene unas deudas con nosotros, como el asesinato de Afranio Parra en pleno proceso de paz, como el asesinato del comandante Boris mediante engaños en una carretera, como el asesinato de Álvaro Fayad en el barrio Quinta Paredes por fuera de combate, como la desaparición del ciego Lara en Bogotá en febrero del 86, como el asesinato de Carlos Pizarro en el avión, hecho que está actualmente impune y sobre el cual incluso me comentó su hija María José que fundieron la pistola en la Fiscalía General de la Nación. Y así hay muchas desapariciones también de compañeras y compañeros nuestros que fueron hechas por fuera de combate, como Jaime Bermeo Cruz, como Fernando Erazo Murcia y muchos otros; incluso como Pedro Pacho y Lupe, que eran nuestros compañeros de estructura, es decir Gerardo Quevedo Cobos y María del Pilar Zuluaga.
Eso nos hace levantar las banderas del M-19, para también exigir desde el Departamento Administrativo de Seguridad, DAS. Por ejemplo cuando yo pedí desarchivar los documentos, cosa que se viene haciendo de manera lenta, sobre las verdades de las personas que no cayeron en una confrontación armada sino que fueron víctimas de una guerra sucia, una cosa muy diferente Es que hubiéramos caído en operativos, eso vale; pero no vale que ejecuten acciones de guerra sucia y que eso siga así.
Nosotros enarbolamos la bandera del M-19, no para glorificar la lucha armada; la enarbolamos para rendir un homenaje a las víctimas que no cayeron en el marco de una guerra sino en operaciones de guerra sucia.
René Guarín Cortés
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