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Como lector y suscriptor de El Espectador, me sorprendieron negativamente los reportajes sobre la Homeopatía en las páginas 18 y 19 de la edición impresa del domingo 27 de abril de 2025. Un medio como El Espectador tiene la responsabilidad pública de informar de forma precisa y sin sesgos sobre temas de interés general, especialmente en temas científicos, donde dejarse llevar por tendencias y modas no respaldadas por la evidencia es especialmente peligroso. Ya de por sí el “cubrimiento” que hacen los grandes medios de comunicación en Colombia es bastante pobre e irresponsable para que El Espectador se sume a esa mediocridad.
La Homeopatía NO es un tratamiento basado en la evidencia, y existe un consenso médico que la cataloga como pseudociencia. Es cierto que es muy popular y que algunas universidades y clínicas la incluyen dentro de sus programas y servicios de medicina alternativa, pero eso no cambia la realidad de que no existe evidencia científica de que ningún tipo de tratamiento homeopático cure o sea útil en el tratamiento de ninguna enfermedad. Y esto no es así porque sea una “disciplina en evolución” o haya sido poco estudiada; por el contrario, a lo largo de las últimas décadas se han publicado muchos estudios que intentan verificar el potencial terapéutico de la homeopatía, y nunca se ha obtenido en un estudio de alta calidad metodológica y estadística un resultado que demuestre que la homeopatía sea más efectiva que el placebo.
Por lo anterior, afirmaciones como la del titular “La homeopatía: otra forma de curación en manos de expertos” es imprecisa e irresponsable, ya que puede inducir a pacientes de enfermedades graves a abandonar sus tratamientos o medicamentos de medicina alopática basada en la evidencia para buscar en la homeopatía “otra forma” de curar sus enfermedades, lo cual podría ocasionar su agravamiento o muerte. En el artículo mencionan la “creciente aceptación” de la homeopatía (no en círculos científicos serios), su uso por parte de millones de personas, la cantidad de dinero que mueve, nada de lo cual cambia su estatus de pseudociencia ni constituye evidencia científica, y por el contrario es un indicador de cómo ciertas personas e instituciones se aprovechan cruelmente de la credulidad y el deseo de mejorar de los pacientes.
En contravía de lo que debe ser un cubrimiento apropiado de un tema científico, no mencionan cuál es la fuente de las supuestas “mejora reportadas en el 88 % de los pacientes” en Toscana, ni mencionan dos párrafos después que las diluciones empleadas en los remedios homeopáticos se realizan en unas concentraciones tan pequeñas y con tantas repeticiones que al final del proceso no quedan moléculas de la sustancia “curativa” en la solución resultante.
Camilo Rodríguez
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