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Antioqueño, no “sicarial”
Como antioqueño protesto por la columna de Ramiro Bejarano del día 20 de marzo, en donde afirma que la expresión “vos dijistes” es un término sicarial. No, señor Bejarano. Es un término utilizado por todos los antioqueños que nos expresamos de esa manera, y referirse a ello como “sicarial” es un insulto para los habitantes de esta región del país, que ha contribuido al desarrollo de Colombia.
Gilberto Rico M.
Sobre un artículo
Gracias por su interesante artículo “En defensa de la poesía”. Tengo dos anotaciones: primera, fue un error dejar por fuera a Ciro Mendía, quien inició su vida poética en las páginas de El Espectador; segunda, quien dirigió el Magazín después de Marisol Cano, Garavito y Roca fue Guillermo González Uribe, no Francisco González.
María Cristina Arango de Tobón.
R: Una precisión. Guillermo González Uribe en efecto fue director por varios años del Magazín, pero lo fue antes y no después de los mencionados. Y Francisco González sí vino después de Fernando Garavito.
Nuestro fútbol
No anda nada bien el fútbol colombiano. Entes rectores, equipos, jugadores, árbitros, agremiaciones, VAR, hinchas y medios de comunicación —unos más que otros— están cometiendo faltas como para tarjeta roja, y lo peor es que no hay autocrítica y menos propósito de enmienda.
Estamos en “fuera de lugar”. El sistema de dos campeonatos parece ya agotado: los equipos se conforman con clasificar entre los ocho primeros; si llegan, ya ganaron el año y la Dimayor no les mete muela. Los de la Federación están quietos, atornillados, como si la reventa de boletas y la echada de Pékerman fueran cosa de poca monta.
El juego limpio en la cancha está manchado. Se imponen la “viveza”, las mañas, las trampas para fingir faltas y propiciar errores arbitrales que enhorabuena son subsanados por el VAR. Este “juego sucio” nos ha catapultado a ser la liga en la que se pierde más tiempo por faltas.
El desorden avanza con sindicaciones de testaferrato, arreglo de partidos, vetos y amenazas a árbitros. También los medios juegan —algunos exacerban— y analizan, pero con egos alborotados y vestidos con el uniforme de su equipo preferido.
El telón se baja con Catar “en veremos” y la eliminación exprés de Millonarios y Nacional de la Copa Libertadores.
Cierro: ojo con lo que sucedió en Querétaro, en Colombia ya hay asomo de ello.
Hernán Salazar Hurtado
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