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Cuando me informaron que el abogado Ramiro Bejarano había escrito en El Espectador una columna sobre el Archivo General de la Nación (AGN), supuse que estaba relacionada con el diagnóstico integral del fondo del extinto Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) que entregamos a la Justicia Especial para la Paz (JEP) a finales del pasado diciembre. Razones tenía para hacer la citada suposición: Bejarano no sólo fue director del DAS durante el mandato del expresidente Ernesto Samper (1994-1998), sino que también ha sido crítico frente a la posibilidad de que el gobierno nacional desclasifique la información contenida en el fondo del extinto DAS, en custodia del AGN.
Contrario a lo que me indicaba el sentido común, la columna, titulada “Ojo con el Archivo General de la Nación”, versa sobre otros temas: un supuesto marchitamiento del AGN durante el mandato del presidente Gustavo Petro, el pronóstico de un apocalíptico cuadro de ruindad y tragedias mayúsculas en esta institución archivística, y un consecuente llamado a los entes de control para que eviten una ineluctable malversación de recursos.
Tal vez, por no ser un tema usualmente abordado por Bejarano, la columna está llena de imprecisiones, aseveraciones que sacrifican el contexto, y un escaso -por no decir nulo- contraste de información. En el terreno de las imprecisiones, es imperativo señalar que, contrario al marchitamiento señalado por Bejarano, ningún otro gobierno en la historia de Colombia ha destinado más recursos nación en inversión en el AGN que el liderado por Gustavo Petro y Francia Márquez. A diferencia de los gobiernos precedentes, cuyos presupuestos en el rubro de inversión nación oscilaban entre 12.500 millones de pesos (Santos 2016-2017) y 4.655 millones (Duque 2021), el gobierno del cambio, en 2024, asignó 20.574 millones de pesos.
Esta disponibilidad de recursos nación en inversión ha sido clave tanto para cumplir con las funciones y competencias establecidas en la Ley 80 de 1989 que le dio forma al AGN (articulación del Sistema Nacional de Archivo; generación de normas y políticas archivísticas; verificar que se cumpla con la función archivística en el Estado, y velar por la preservación; difusión del patrimonio documental), como para afrontar varios de los rezagos históricos encontrados a mi llegada el 20 de febrero de 2024 a la dirección del AGN, entre ellos el relacionado con Archidoc, aplicativo que el AGN empezó a usar en 2003 como herramienta de consulta remota de sus fondos digitalizados.
La explicación ofrecida por Bejarano sobre lo ocurrido con Archidoc, precisamente, ejemplifica algunas de las aseveraciones descontextualizadas presentes en su columna. Aunque el exdirector del DAS se esfuerza por hacer coincidir las fallas de Archidoc con el inicio del gobierno del presidente Petro (“antes de que llegara el gobierno del cambio esa plataforma funcionaba, pero a partir de 2022 se deterioró...”.), una auditoría realizada al AGN en 2023 por parte de la Contraloría General de la República (CGR) revela que la suerte del mencionado aplicativo se sentenció en 2016, año en que empezó a dejar de ser actualizado y versionado.
La auditoría de la CGR señala que, en 2015, con la expedición de la Norma ISO14721:2015 del modelo Open Archival Information System (OAIS), se establecieron criterios de preservación digital a largo plazo, los cuales no eran cumplidos en ese momento por Archidoc. Un año después, bajo la administración de Armando Martínez Garnica (13 de julio de 2016-28 de febrero de 2019), el AGN acoge el modelo OAIS e inicia la transición de Archidoc a Archivo Nacional Digital, hoy Archivo Digital Nacional (ADN). Para poner en marcha ADN (modelo de gestión integral de documentos nacidos electrónicos transferidos al archivo), el AGN, entre 18 de julio de 2016 y el 13 de septiembre de 2018, bajo la administración de Martínez Garnica, firmó cinco contratos por valor de 1.077.692.719 de pesos. Con esta inversión, esa administración se trazó como meta llegar en 2018 a 20 millones de imágenes digitalizadas y cargadas en el entonces llamado Archivo Nacional Digital.
Entre 2019 y 2022, sucesivas administraciones, entre ellas las de Enrique Serrano, hicieron inversiones para fortalecer ADN. Producto de cuatro contratos más, firmados entre el 31 de octubre de 2019 y el 23 de agosto de 2021, el AGN invirtió otros 908.891.907 pesos. En 2022, al ver la cantidad de recursos invertidos en ADN y notar que aún no entraba en producción de manera adecuada, varios ciudadanos remitieron sus inconformidades a la CGR, entidad que programó una auditoría en 2023.
Las conclusiones de la auditoría son demoledoras: 1) Aunque se suponía que en 2018 se cargarían 20 millones de imágenes en Open Access, el primer cargue únicamente se hizo el 29 de diciembre de 2021 y no se ejecutó en su totalidad. 2) La estrategia ADN tuvo debilidades en “la planeación, formulación y seguimiento; falencias en la ejecución, cumplimiento de especificaciones técnicas establecidas en el contrato y en la supervisión y vigilancia de la ejecución de los contratos”. 3) Durante su puesta en marcha, “se presentó una gestión antieconómica, ineficaz e infidente relacionada con la inversión efectuada con cargo a los recursos de cultura”. A la luz de estos puntos, la CGR estableció hallazgos con presuntas incidencias disciplinarias y penales y un plan de mejoramiento. Para despecho de Bejarano, los hallazgos no se relacionan con actuaciones ocurridas durante el gobierno del cambio, sino de los comprendidos entre 2016 y 2022.
Si el manejo del contexto tiene serias fallas en la columna, más sorprendente en un columnista de la estatura de Ramiro Bejarano es la ausencia de un ejercicio riguroso de contraste de la información con la que nutrió su opinión. Bastaba con mirar las aclaraciones que desde el AGN hemos hecho en varios medios, entre ellos el mismo El Espectador, para matizar su afirmación de que la actual administración no se han explorado soluciones frente a Archidoc. En efecto, durante los 10 meses de gestión del 2024, aparte de adelantar las actividades del Plan de Mejoramiento de la CGR, avanzamos en el desarrollo de DataViva, aplicativo que ya cuenta con información cargada y que se integrará a Archivo Digital Nacional. En el primer semestre de 2025, gracias a las inversiones realizadas en 2024 en materia de ampliación de la capacidad de almacenamiento del AGN, pondremos a disposición de los usuarios cerca de 25 millones de imágenes digitalizadas.
En busca de una opinión más equilibrada, entrevistas y comunicados publicados el año pasado le hubiesen permitido saber a Bejarano que el talante de la actual administración, como el de todo el Ministerio de las Culturas, las artes y los saberes, en cabeza del ministro Juan David Correa, antes que guiarse por la imposición y un tono agresivo, se ha caracterizado por el diálogo. Así lo hicimos el año pasado cuando integrantes de la comunidad de investigadores e investigadoras manifestaron inquietudes frente a los procedimientos de consulta en sala; desde la dirección general, convocamos una audiencia pública, escuchamos las inquietudes de los usuarios y usuarias, publicamos una versión borrador del protocolo de consulta en sala, recibimos e incorporamos varios de los feedback, y la semana pasada dimos a conocer la versión definitiva del nuevo protocolo.
La rigurosidad periodística -y no la inquina contra un gobierno- también hubiese sido clave para que Ramiro Bejarano conociera de cerca algunos de los logros que hemos impulsado en el posicionamiento del AGN. Aunque se niegue a verlos, Bejarano, una vez explore distintas fuentes, notará los cambios realizados en materia de publicaciones, acciones territorializadas, debates sobre preservación digital a largo plazo y, sobre todo, en términos del lugar que debe tener el AGN en una sociedad que hace tránsito hacia la paz. Al tiempo que avanzamos en la elaboración de una copia de seguridad del fondo de la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad que será entregada a las autoridades suizas este año, asumimos con determinación el lugar que tiene esta entidad en la Comisión Intersectorial de Derechos Humanos y en la Comisión Nacional Intersectorial de Reparación Histórica. Y por supuesto, en nombre de la verdad, la justicia y las garantías de no repetición, hemos ambientado la discusión sobre la desclasificación de archivos de inteligencia y contrainteligencia, entre ellos los del fondo del extinto DAS, fondo al que Bejarano, en el marco de varios procesos judiciales, ha accedido y al cual víctimas, organizaciones de derechos humanos, miembros de la sociedad civil, investigadores y ciudadanía en general, más temprano que tarde, también terminarán accediendo.
Adenda: a mucho honor, provengo de una familia de campesinos y artesanas afros de Cascajal (Bolívar), cuyas trayectorias y experiencias han nutrido algunas de las acciones de paz y reparación histórica impulsadas por el AGN desde mi llegada a la dirección general.
Francisco Javier Flórez Bolívar. Director del Archivo General de la Nación
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