Le escribo en relación con la columna de D. Mauricio Botero Caicedo publicada en El Espectador el pasado 30 de julio (“España: ¿en manos de un prófugo de la justicia?”). Al respecto, me gustaría compartir con usted, el Sr. Botero y los lectores de su periódico algunas consideraciones.
En primer lugar, tratándose de una columna de opinión, no tengo nada que decir sobre la mayoría de lo expresado por el autor, más allá de lamentar el comentario sobre el Presidente del Gobierno de mi país, que, como todos sus predecesores, es, por encima de todo, un gran amigo de Colombia.
Por otra parte, hay algunas afirmaciones sobre la situación política en España que son objetivamente poco rigurosas, y en algún caso constituyen una falta de respeto hacia los votantes españoles.
En cuanto a lo primero, bien sea por un sesgo deliberado o por simple desconocimiento, el Sr. Botero induce a error. Debería saber que en España, cuando se constituyan las Cortes, se elijan sus grupos parlamentarios y sus mesas, y culmine el eventual proceso de investidura del candidato a Presidente del Gobierno, sea cual fuere su desenlace, se impondrá la voluntad democrática mayoritaria. Porque en mi país gobierna quien logra la mayoría suficiente parlamentaria, y ello a nivel nacional, autonómico y municipal. Así funciona nuestro sistema político, uno de los modelos parlamentarios más modernos y consolidados del mundo.
Por lo que respecta a mis compatriotas votantes, conviene señalar que las últimas elecciones generales, además de haberse desarrollado y gestionado impecablemente, se han saldado con un notable porcentaje de participación, tanto dentro como fuera de España. Contra lo que sugiere el autor, los españoles y las españolas que han acudido a las urnas (todos mayores de edad y que no se dejan engañar por nadie), también en Colombia, han expresado su voluntad en plena libertad. Por lo tanto, España y su porvenir, también el político, siguen estando en las mismas manos en las que han estado siempre: las de los españoles, que son quienes, también esta vez, han decido el futuro de su país.
Una importante aclaración final. El grupo terrorista ETA hace años que no existe. Fue derrotado, sin una sola concesión, por la democracia española, apoyada en el trabajo y sacrificio de nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y en el permanente ejemplo de las víctimas. Por ello, leer hoy que en España se pacta con el aparato político y militar de una organización criminal que ha desaparecido, además de una burda falsedad, es una grave desconsideración hacia todos los españoles.
Joaquín de Arístegui. Embajador de España en Colombia.
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