Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
En la fila para tomar el almuerzo en una región de Italia, un grupo de señores mayores se vieron interesados en mi particular acento italiano. Luego de responder sus preguntas, como: “¿De dónde eres?”, “¿Qué haces en Italia?”, “¿Cómo aprendiste el italiano tan rápido?”, llegó la frase que lo daña todo: “Pero tú eres muy linda, para ser negra”. Lejos de entrar en una discusión sobre las disyuntivas implícitas de esa afirmación, comparto esta anécdota para puntualizar en la gran carga racista que lleva consigo esa frase. En ese momento quise regresar a Colombia, quise cerrar los ojos y teletransportarme a mi ciudad natal, Cartagena. Pero luego recordé que allá me decían que yo no era “como las otras negras” y que cuando me sentía ofendida por un comentario racista me pedían que bajara la voz porque “no era para tanto” o estaba “malinterpretando las cosas”.
En mi experiencia, es una frase que me ha acompañado durante toda mi vida y que al comienzo erróneamente recibía como un halago. Creciendo y observando las lógicas de la sociedad entendí lo fuerte que era. Así como entendí cuando en las fiestas me pedían que bailara porque era negra y “los negros bailan bien”. O cuando estaba niña y no podía llevar el cabello suelto al colegio porque “estaba despeinada”. Así como la primera vez que me puse traje formal para ir a un evento y me preguntaron si trabajaba con Francia Márquez porque era muy raro ver a una negra vestida formal.
Hace 173 años, el presidente José Hilario López decretó la abolición de la esclavitud en el territorio colombiano luego de una lucha incansable de la población afrocolombiana de la época. El 21 de mayo del 2001 el Congreso de la República estableció el Día Nacional de la Afrocolombianidad para conmemorar la resiliencia de la comunidad afro y celebrar nuestra herencia cultural. Y hoy, en 2024, muchas personas afirman que el país no tiene tintes racistas, pero la niñez afrocolombiana tiene limitado acceso a la educación básica, gran parte de los territorios con mayoría afro no tienen garantizados los servicios básicos y el único presidente negro fue olvidado en la historia del país.
Los retos que afrontamos las comunidades afrodescendientes no se limitan a las fronteras de un país, ni mucho menos al territorio de un continente. Sin embargo, el Día Nacional de la Afrocolombianidad es una oportunidad para reflexionar sobre los avances y las luchas aún presentes que afrontan nuestras comunidades y una invitación para salir de la burbuja del privilegio, conocer otra realidad y caminar, juntos, como colombianos, hacia un futuro igualitario y libre para todos.
Karen Lee Pacheco Morelo
Envíe sus cartas a lector@elespectador.com