En relación con la carta del lector titulada “Más sobre la polémica del Archivo General de la Nación” –publicada el 18 de enero y firmada por académicos de diferentes universidades–, me permito expresar mi preocupación frente a las afirmaciones presentadas, las cuales, aunque legítimas desde el ejercicio de opinión, demandan un análisis más técnico y fundamentado para abordar las complejidades que afectan a esta institución.
En particular, el texto carece de una evaluación técnica profunda respecto a la interoperabilidad de los sistemas implementados por el Archivo General de la Nación (AGN) y los retos derivados de las carencias técnicas históricas en la formación del personal. En este sentido, solicito respetuosamente que aporten documentos técnicos o estudios verificables que respalden sus argumentos, especialmente aquellos relacionados con:
1. Interoperabilidad de sistemas archivísticos:
• Los estándares aplicados o incumplidos en el proceso de digitalización documental y gestión electrónica de archivos.
• Las especificaciones técnicas que deberían cumplir los sistemas para garantizar el acceso y preservación digital en el marco normativo nacional e internacional (Decreto 088 de 2022, ISO 14721 - OAIS, entre otros).
2. Carencias técnicas del personal del AGN:
• Evidencia que demuestre la falta de capacitación en estándares de digitalización y gestión documental.
• Ejemplos concretos de negligencia técnica, como la digitalización fuera de estándares reconocidos (PDF/A, TIFF, XML, etc.).
• Datos que sustenten la supuesta relación entre estas falencias y decisiones políticas o administrativas.
3. Impacto en el clima laboral y la funcionalidad institucional:
• Argumentos que vinculen de manera objetiva las dinámicas laborales señaladas con afectaciones específicas en los servicios ofrecidos por el AGN, como la consulta en sala de lectura, preservación de fondos documentales o modernización tecnológica.
Por último, es imperativo que cualquier crítica hacia la gestión de la entidad se aleje de generalizaciones o conjeturas políticas que puedan menoscabar el esfuerzo de quienes trabajan por garantizar la preservación de la memoria histórica de nuestro país. Señalamientos sin el debido sustento técnico solo perpetúan un círculo vicioso de desprestigio que no contribuye al avance del AGN ni al fortalecimiento de su misión.
Espero que en futuras publicaciones se incluyan elementos técnicos más sólidos que permitan una discusión informada y constructiva.
Jhon González, archivista
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