Desde la experiencia y el derecho a defenderse
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Con motivo del editorial del 27 de marzo, titulado “El Congreso quiere portar armas y atizar la violencia”. Fui víctima de un atraco por un reloj y me dispararon un par de veces y por fortuna no me dieron, pero no tener con que defenderse es una injusticia.
La pregunta es: ¿por qué limitar el derecho a defenderme y los bandidos si nos dan plomo sin compasión? No puedo estar de acuerdo con su editorial y de corazón deseo que no le pase un susto de esos.
Julio de la Mar
Sobre el homenaje a Tirofijo en RTVC
Totalmente de acuerdo con su editorial del editorial del 29 de marzo, titulado “Cómo justificar un homenaje a Tirofijo en RTVC”. Los colombianos merecemos un mínimo de respeto, el cual este desgobierno no ha tenido. Es inconcebible que en un canal público, que se mantiene con dineros de todos los colombianos, se haga apología a un criminal asesino como Tirofijo.
Ese periodista, William Parra, tal vez por su ignorancia, no sabe que ese hampón, Tirofijo, secuestró y asesinó a miles de ciudadanos —hombres, mujeres, niños y niñas— que no pagaron sus extorsiones; que desplazó a miles de personas para robarles sus propiedades a sangre y fuego; y que cometió muchas más atrocidades, junto con su banda de delincuentes. Este periodista es un irresponsable al cual se le debería hacer un juicio por exaltar a un grupo criminal y a su jefe, que sembraron el terror en este país. Es inaudito que esto pase en un canal de televisión pública, pagado con los dineros de todos los colombianos.
Pregunta: ¿estas apologías a estos asesinos reparan en algo a las víctimas? ¡Creo que las revictimizan aún más!
Mil gracias al periódico El Espectador por tener este espacio para poder opinar.
Jorge Emilio Abril López
Los orígenes de Tirofijo
En respuesta al editorial del 29 de marzo. Si bien fue un guerrillero que causó muchos problemas al país, algunos de ellos imperdonables, sus comienzos fueron culpa de la clase política colombiana de la época. Ahora, esa clase política censura lo que ella misma engendró, no asume lo que causó ni quiere corregirlo. Entonces, ¿por qué no mostrar esos orígenes y esas responsabilidades? Además, hoy existen delincuentes de cuello blanco peores, que se consideran gente de bien, estudiosos. A ellos les hacen homenajes y nadie protesta, menos el que escribió el editorial.
María Ángela Suaza Triviño
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