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Se seguirá la lucha por la fiesta brava
¿Qué diría don Guillermo Cano al encontrar el editorial del 30 de mayo, titulado “Colombia cambia de paradigma con los toros”? El que fue editor taurino de El Espectador y que defendió la fiesta brava en integralidad, seguramente se estará revolcando es su tumba. El periódico se ha distinguido por defender los derechos de las minorías, y en verdad somos una minoría que tiene el derecho constitucional a la libertad y, en consecuencia, a definir sus gustos, máxime cuando se trata de una cultura que a usted puede ser que no le pueda gustar, pero al maestro Fernando Botero sí le fascinaba y a muchos artistas universales también. El pretender mostrar como un gran triunfo la votación 93 a favor contra dos en contra es desconocer que la Cámara de Representantes se compone de 172 representantes y que, en consecuencia, los 93 asistentes que votaron por él Sí no representan la voluntad general del pueblo colombiano. Seguiremos en la lucha, y así como se cayó la decisión de plazas, como la de México, la de Lima y la de Cataluña, seguiremos luchando por defender nuestra libertad.

Más positivo sería que se preocupara por cuántos niños mueren de hambre en Colombia al año: 150 toros no son más importantes que los miles de muertos de hambre, por la violencia y abortos. Soy suscriptor del periódico hace más de 35 años.
Víctor José Pardo Rodríguez
Rezagos del pan y circo
Con motivo del editorial del 30 de mayo. Las tradiciones no son un derecho que está por encima de todos los derechos. En el caso de las corridas de toros, hay que rechazar la tortura del animal, pero también que un acto violento se convierta en un espectáculo divertido para una sociedad. Las corridas son un rezago del circo romano, y la disculpa de que no se pueden acabar porque se pierden empleos no es válida: no podemos poner unos empleos, que se pueden reponer, por encima de la moral y la ética de la humanidad.
Guillermo Zuluaga
Lo que necesitamos
A propósito del editorial del 3 de junio, titulado “Bukele y cuando las dictaduras dejan de importar”. Lo que hace Bukele seria fabuloso en América Latina: acabar la violencia y la corrupcion a cambio de tranquilidad y buenas obras para el pueblo. Al que manda bien el pueblo lo quiere; eso pasa allá.
Ledys Flórez
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