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Sobre machismo y las amenazas de Donald Trump

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07 de enero de 2025 - 05:00 a. m.
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La violencia que incomoda: el llamado de Sofía Petro

Las recientes declaraciones de Sofía Petro al diario El País, en las que asegura que “el machismo es sistemático en el gobierno”, no solo han encendido un debate necesario, sino que también han puesto a prueba la coherencia de una administración que se define como progresista. Desde su posición como hija del presidente, pero también como ciudadana, Sofía lanzó una acusación que muchos consideran valiente, aunque otros la perciben como inoportuna.

Ya sea sistemático o no, el machismo es una realidad innegable dentro de las estructuras de poder de nuestro país. Lo más sorprendente de esta acusación es que proviene desde las entrañas del gobierno de Gustavo Petro.

Lo que no se puede negar es que este pronunciamiento llega en un momento crucial. En un país donde el machismo impregna tanto las instituciones como los hogares, señalar esta violencia dentro del gobierno no es inesperado (Hollman Morris es pionero en estos asuntos), pero sí un recordatorio de que nadie está exento de responsabilidad ni de rendir cuentas.

¿Se atreverá, por fin, el gobierno a admitir esta “sistematicidad” y actuar en consecuencia?

En este país hemos sido testigos demasiadas veces de cómo las denuncias valientes se disuelven entre las justificaciones del poder. El reto para Sofía Petro, y para el gobierno que indirectamente representa, es demostrar que esto no es solo una declaración más para llenar titulares, sino un punto de inflexión hacia una transformación real en la lucha contra el machismo. Porque, si no es ahora, ¿entonces cuándo?

Bryan Obando


Las amenazas de Trump

A propósito del editorial del 26 de diciembre, titular “Las peligrosas amenazas expansionistas de Trump”. El editorialista olvida, probablemente de manera inconsciente, que el presidente electo de EE. UU. también afirmó que Canadá debería anexarse al país del norte, un asunto que generó reacciones en contra. A los canadienses no les gusta que los comparen con los “gringos”. En el fondo, son dos países distintos.

Canadá es hoy mucho más multicultural que los EE. UU. y más abierto a recibir migrantes, con la gran diferencia de que estos son regularizados de forma más práctica. Aunque eso no significa que no exista población ilegal, la proporción es mucho menor.

En síntesis, el señor Trump va a generar más problemas que soluciones, y la crispación por sus intolerables propuestas está servida en la mesa mundial.

Fabio Iván Dávila Gilede

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