¿El diésel no merece un subsidio?
A propósito del editorial del 5 de julio, titulado “El diésel no merece un subsidio”. Si se considera que la electrificación del parque automotor de carga es la solución, podemos mirar las siguientes cifras: el costo de un vehículo diésel con su carrocería y con capacidad neta para 2.500 kg oscila comercialmente entre los $100 millones y los $150 millones.
Para un camión eléctrico debe disponer de $250 millones y una ubicación en donde pueda hacer la recarga. Pero aún con ese mayor costo, usted no recibe un peso más por cada flete; las cuotas mensuales son impagables. Eso es posible solo para aquellas compañías con un poderoso músculo financiero, pues los que poseemos un recurso limitado y hemos logrado adquirir un medio productivo de estos, con gran esfuerzo, nos veríamos abocados a la quiebra.
Orlando Correa Sánchez
La constituyente sí es necesaria
Se equivocó El Espectador en su editorial del 7 de julio, titulado “Una constituyente no soluciona los problemas”, al afirmar que una constituyente no es necesaria. Sí que lo es, sobre todo para reformar lo siguiente:
1. Los poderes ilimitados de un presidente para dañar, por decreto y con resentimiento, la salud, la inversión, la seguridad y la confianza inversionista.
2. La justicia electorera burocrática que fomenta la impunidad.
3. Reformar el ICA, Agrosavia, Vecol, Banco Agrario y universidades convertirlas en instituciones que le den soluciones al campo, como en Brasil.
4. La burocracia militar se debe acabar.
5. Reformar las entidades de control y acabar las que son pura burocracia.
6. Exigir exámenes de conocimiento y experiencia a los presidentes y congresistas.
Andrés Vargas
Claridad frente a José Vicente Concha
Interesante la columna de Santiago Gamboa del 6 de julio titulada “Presidentes bogotanos: gramáticos, intelectuales, antes que gobernantes”; sin embargo, valga la aclaración: si bien el Dr. José Vicente Concha, expresidente de la república, no fue un lingüista ni filólogo, sí fue un eximio jurista y escribió un tratado de derecho penal, y clasifica como un presidente escritor.
Alberto Vanegas, Bogotá
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