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Siempre un buen libro es un gran regalo. En Navidad recibí como obsequio de una de mis hermanas el libro La costa nostra, de la periodista Laura Ardila Arrieta. En medio del jolgorio de las festividades de fin de año y carnavales busqué un espacio para su lectura y confieso que el libro me atrapó desde la primera página. Alguna vez ya me había referido a la ilustre columnista de El Espectador cuando escribió sobre el antiguo Bronx a través de una excelente crónica, donde retrató la realidad de ese infierno. Aquella vez me impresionó no porque fuera la primera en referirse a ese espinoso tema, sino porque su claridad y precisión contribuyeron a la toma de conciencia que tanto Bogotá como en el resto de ciudades del país existían muchos, muchísimos Bronxs.
Lo mismo pasa con La costa nostra, pero en esta oportunidad debemos resaltar su valentía, en primer lugar, porque desnudar a un clan que ha acumulado tanto poder a través del todo vale, del como sea, del toda a costa y/o por encima de quien sea para alcanzar las posiciones gubernamentales claves a su favor en un 95 %, se necesita valor civil. Este libro se convierte en un ejemplo para el periodismo colombiano y latinoamericano que ha sufrido por décadas la magia negra de las mafias no solo del entorno de la droga, sino de todo, porque ellos convierten en mafias todo, al punto de ver normal el poder corrupto de la clase política y la sinvergüencería de la dirigencia local y regional. La lectura del texto lleva a quien lo está leyendo a ubicar en esos personajes costeños sin ningún fondo moral, sin ética ni estética a los personajes locales del resto de la geografía colombiana, a veces más burdos, con menos fortuna proveniente de negociazos, pero con la misma capacidad de tumbar al que pase al lado, con la misma ambición de acaparar los recursos públicos para su propio beneficio, con las mismas promesas derivadas de sus conciencias ennegrecidas. En La costa nostra se retrata a colores y en tercera dimensión el juego sucio de las elecciones que llevan con gran facilidad a la consecución de contrataciones, cargos y asesorías. Felicitaciones a Laura por su valioso testimonio periodístico.
Ana María Córdoba Barahona. Pasto.
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