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Universidad de Nariño: más allá de sus 120 años

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24 de octubre de 2024 - 05:00 a. m.
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Para el sur del país en general y la zona fronteriza colombo-ecuatoriana en particular es de gran satisfacción celebrar simultáneamente los 120 años de vida administrativa del departamento (6 de agosto de 1904) y el de su universidad departamental que hoy se erige como estandarte del sector universitario regional al trazar el sendero por donde las siguientes instituciones de educación superior tuvieron siempre la luz de su experiencia. Según el historiador Gerardo León Guerrero, sus raíces tienen origen en el siglo XVIII y son de carácter confesional con la creación del Colegio de la Compañía de Jesús, cuya institucionalidad se trunca por la salida de esta comunidad religiosa durante la colonia. Más tarde, Bolívar muestra interés por el resurgimiento y fomento de la educación en este sector de la patria, pero es Don Francisco de Paula Santander quien dicta, en 1827, el decreto definitivo con la creación del primer colegio público denominado Colegio Provincial, que para varios historiadores como el ya mencionado y Sergio Elías Ortiz, constituye el verdadero germen de la Universidad de Nariño. Posteriormente adoptó otras denominaciones hasta llegar, definitivamente, como Institución de Educación Superior, de carácter oficial y autónoma por decreto No. 49 del 7 de noviembre de 1904, emanado de la Gobernación del naciente departamento de Nariño. Su primer rector el Presbítero Benjamín Belalcázar.

Con carreras como Derecho, Comercio, Filosofía, Matemáticas e Ingeniería, la Universidad inicia su trayectoria encaminada al desarrollo de la región venciendo toda clase de obstáculos propios del aislamiento geográfico y, por ende, de la indiferencia del Gobierno central. Quizás sus primeros pasos fueron lentos en razón de lo anterior. Sin embargo, en la década de los 60 su vida académica y administrativa da un vuelco por las nuevas tendencias del momento relacionadas con la planeación de las cuales la Institución no fue ajena a esas circunstancias; y en adelante, su dinámica se abre a diferentes perspectivas que le permiten ofrecer otras oportunidades a la juventud de esta zona del país y la mujer encuentra una importante posibilidad para integrarse a la sociedad en distintos campos del conocimiento.

Hoy, la Universidad de Nariño se ubica entre las principales del país y su aporte al desarrollo regional es de un inmenso valor por la formación de su propio talento humano, la investigación, proyección social y su presencia con sedes en otros espacios geográficos como la costa pacífica, la zona fronteriza, el occidente y el norte del departamento. Ha sido la sumatoria de grandes esfuerzos de rectores que comprendieron que la educación es el principal factor de progreso y transformación. Se desea que los siguientes años sean de construcción permanente para aportar a la paz integral.

Ana María Córdoba Barahona

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