Los resultados de las recientes elecciones en Estados Unidos han provocado reacciones de lo más dispares, unos a favor y otros en contra de que el magnate inmobiliario de Nueva York ocupe nuevamente el despacho oval. Mientras los progresistas están desencantados y aterrados por las posturas ambiguas del recién electo presidente en materia de feminismo, derechos LGBTIQ, derechos afro y un largo etcétera, los miembros que se ubican más a la derecha del espectro político, generalmente conservadores o neocons, ven con cierta esperanza que un republicano vuelva a la Casa Blanca y que, desde su privilegiada posición de poder, combata contra el virus woke, que no es otra cosa que la etiqueta utilizada para agrupar un conjunto de teorías sociales –a mi juicio, perniciosas– y que son generalmente adoptadas por los votantes de izquierda. Sin embargo, existe una tercera postura entre los progresistas y los conservadores, entre la izquierda y la derecha, una postura que se aparta de las dos visiones estatistas que polarizan la mayoría de los debates políticos: la postura del liberalismo clásico. Quienes la suscribimos valoramos la libertad como principio político fundamental, por lo tanto, nos oponemos a que los mandatos coactivos del Estado dicten la dinámica de las sociedades. Si nos preocupa tanto quién es o deja de ser presidente, es porque el Estado tiene una esfera de acción e influencia muy amplia, por lo que las decisiones del presidente tendrán un efecto sobre nuestras vidas. Si esta es la preocupación ¿por qué no reducir la esfera de acción estatal? Al fin y al cabo, nadie conoce mejor los problemas que las personas que los enfrentan día a día. Asimismo, no encontraremos a ninguna persona más comprometida para encontrar una solución que aquella que se ve agraviada por este problema. A los burócratas solo les preocupa ejecutar el presupuesto, no resolver problemas. ¡¿Y si reducimos el poder del Estado?!
¿Qué piensan ustedes? Los leo en los comentarios o, si prefieren, pueden escribirme al correo bibliotecavirtual540@gmail.com. Estaré encantado de conversar.
Andrés Alfonso Pérez Peralta
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