Esta semana en Ciudad de México, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, anunció que de ahora en adelante todos los uniformes escolares, en colegios públicos y privados, serán neutros; es decir, que cada niño, niña o niñe podrá escoger si va a la escuela con falda o pantalón, como se sientan más cómodos. Por supuesto que los sectores más conservadores saltaron con la absurda preocupación de que ahora “los niños van a usar falda”, pues pocas cosas le preocupan tanto al statu quo como preservar la idea hegemónica de masculinidad. Una masculinidad tan frágil y pesada como una lámpara de Baccarat, que se ve amenazada por...
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