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Anhelos autoritaristas

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Catalina Ruiz-Navarro
16 de marzo de 2023 - 02:05 a. m.
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Hace poco la revista Semana puso en su portada al presidente salvadoreño Nayib Bukele y la acompañó de lo que parece un publirreportaje sobre el mandatario. El artículo celebra el enfrentamiento entre Bukele y la CIDH y la ONU, los organismos internacionales que han servido para hacer veeduría de derechos humanos en la región. “Bukele ha dicho que por años han importado más los derechos humanos de los criminales que los de la gente honrada. Él se empeñó a fondo para invertir por completo esa ecuación”. En Colombia, años de uribismo normalizaron esta idea de que los derechos humanos son algo con lo que se “premia” a la gente “de bien” y enviamos a la OEA al entonces mayor opositor de la CIDH, por las mismas razones que Bukele, Alejandro Ordóñez.

Según Semana, “hasta los más firmes opositores de Bukele, por ejemplo los periodistas de El Faro, le reconocen sus logros en seguridad. Ellos fueron a territorios antes vedados y concluyeron que «el esquema del presidente Nayib Bukele ha conseguido desestructurar a las pandillas en El Salvador, desbaratando su control territorial, su principal vía de financiamiento y su estructura interna»”. Pero esta afirmación está sacada de contexto. Óscar Martínez, jefe de redacción de El Faro, explica que también han publicado “decenas de artículos sobre la corrupción del Gobierno de Bukele, sobre sus pactos con las pandillas y sobre cómo ese régimen de excepción, ese mismo que ha desarticulado a las pandillas en las calles, ha conminado a prisiones indecentes a decenas de miles de personas que se ha comprobado que son inocentes”. Por otro lado, Sergio Arauz, subjefe de redacción, explica que “es una tremenda imprecisión —por mala fe o negligencia— decir que El Faro es un firme opositor al Gobierno. Los periodistas no pedimos el voto ni competimos contra el proyecto político de Nayib Bukele y su familia”.

El artículo es más del pésimo periodismo al que Semana ya nos tiene acostumbradas, pero como texto de propaganda sí que es interesante, pues la revista conoce muy bien a su audiencia, sabe qué quieren leer y escuchar, y esta historia sobre Bukele recoge las ideas que se están poniendo de moda entre los conservadores autoritaristas más extremos. Describe la megacárcel donde “los villanos de los salvadoreños han sido expuestos al mundo semidesnudos y amarrados de pies y manos” como “imponente”, “impresionante”, “organizada”, “impecable”, “una construcción de película”. “En celdas de 100 metros duermen 80 pandilleros, con apenas dos sanitarios. No hay privacidad de ningún tipo y tampoco visitas, ni siquiera las conyugales. Las familias de los reos, además, pagan por las comidas que les dan en prisión. Si se portan mal, el lugar de reclusión es de apenas dos metros en completa oscuridad con una cama de cemento”. Estas evidentes violaciones de derechos humanos son lo que Semana llama el “milagro” de Bukele. Finalmente el artículo afirma que, a falta de liderazgos claros en la oposición a Petro, “antipetristas han visto en Bukele una voz que los representa”. Semana le habla directamente a su audiencia de ultraderecha, dispuesta a seguir a la figura autoritarista de turno.

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excelente columna, cuidado catalina "el dinosaurio aun sigue allí"
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