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Feministas contra los genocidios


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Catalina Ruiz-Navarro
30 de mayo de 2024 - 05:05 a. m.
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La noche del 26 de mayo Israel bombardeó un campamento de refugiados en Rafah, matando al menos a 50 personas, la mitad de ellas mujeres y niñes, y desde el domingo han muerto al menos 26 personas más. El martes 28 llevaron tanques y camiones blindados hasta el centro de la ciudad de Rafah y, según informó El País, “testigos en Rafah dijeron que los militares israelíes parecían haber guiado vehículos blindados teledirigidos y no había señales inmediatas de personal en ellos o en sus alrededores”.

El fuego llegó hasta el hospital Kuwaití, y tuvieron que cerrar y evacuar uno de los únicos dos hospitales que funcionaban en Gaza. Israel también tomó control del paso en la frontera con Egipto.

El lunes 20 la Corte Penal Internacional emitió órdenes de captura contra el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, el ministro de defensa Yoav Gallant, y tres líderes de Hamas, por crímenes de guerra en contra de la humanidad. El viernes pasado, la Corte Internacional de Justicia de la Haya, el máximo órgano judicial de la ONU, ordenó detener la ofensiva en Rafah inmediatamente. Ninguna de estas medidas ha servido para detener el genocidio. Como explicó el analista colombiano Mauricio Jaramillo, este, además, es “el genocido con más agravantes de la historia” porque, en esta ocasión, como con otros genocidios, la reacción internacional ha sido muy lenta, pero además esta vez el “establecimiento” está del lado de los genocidas: las principales potencias europeas y Estados Unidos, los medios de comunicación hegemónicos y el poder financiero están de parte del Estado de Israel. Desde octubre van más de 36.000 víctimas de las cuales se estima que alrededor de 14.000 eran niñes, según la revista Vox.

Sarah Ihmoud, una de las integrantes del Colectivo Feminista Palestino en Nueva York, en una entrevista realizada por la colectiva de investigación feminista La Laboratoria, dice: “Sabemos que, como en otros contextos coloniales, nuestros cuerpos, nuestra sexualidad y nuestras capacidades reproductivas son atacadas de manera particular. Por lo que representan: tierra, reproducción, parentesco y gobernanza indígena, y la posibilidad de soberanías alternativas, de soberanía palestina sobre el territorio. (...) El feminismo decolonial consiste principalmente, por un lado, en rechazar, interrumpir y oponerse enérgicamente a estas políticas coloniales de muerte, como estamos viendo en este momento transformar el paisaje de Gaza. Y al mismo tiempo, se trata de afirmar visiones alternativas de vida que afirmen nuestras vidas y el futuro potencial de nuestra gente en nuestros países de origen. Por lo tanto, tenemos que seguir elevando y desplegando esas visiones alternativas que dan vida al mismo tiempo que rechazamos esta política colonial de muerte”. En octubre del año pasado, se publicó un manifiesto con más de 8.000 firmas de feministas latinoamericanas rechazando el genocido y resaltando que “el fracaso de la comunidad internacional deja una sensación de impotencia y desesperanza. Más de medio siglo después, es evidente que los mecanismos internacionales previstos para evitar este sufrimiento han sido despreciados por el Estado de Israel. Por eso, el silencio y la complicidad no pueden ser una vez más la respuesta”. En noviembre de 2023 en el Encuentro Feminista y Latinoamericano realizado en El Salvador, el evento en el que las feministas de la región nos articulamos para los próximos tres años, hubo un consenso en plenaria: el apoyo a Palestina y el rechazo al genocidio. Ese consenso se logró fácilmente porque las feministas latinoamericanas somos decoloniales. Por eso entendemos que no puede haber otra postura ética feminista que no sea el rechazo absoluto a este y a todos los genocidios.

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Natalia(dtuqq)30 de mayo de 2024 - 09:39 p. m.
Al final, el 80% de la columna es sobre las feministas decoloniales latinoamricanasy el 20% sobre el genocidio.
Natalia(dtuqq)30 de mayo de 2024 - 09:37 p. m.
No es necesario ser feminista decolonial latinoamericana para oponerse al genocidio, basta con tener sentimientos y ser humanista. Qué vaina que los ismos, cual partido político, quieran ponerle su bandera a todo.
ELIZABETH(23598)30 de mayo de 2024 - 08:18 p. m.
Gracias por la información que nos traes en la columna, Catalina, es excelente.
Edgar(40706)30 de mayo de 2024 - 07:39 p. m.
Lo comparto totalmente.
JUAN(6975)30 de mayo de 2024 - 06:41 p. m.
Meterle teorías feministas al estudio del conflicto en Medio Oriente, es confundir la mandioca con la manteca.
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