La posesión presidencial de este domingo fue popular, multicolor, poética, y logró llenar de esperanza no solo a Colombia, también a toda América Latina. En este país tenemos una tendencia a pensar que “de eso tan bueno no dan tanto”, es un cinismo fraguado en el Frente Nacional, en un país que siempre ha sido desigual y de derecha, donde la violencia ―hasta ahora― había esfumado las posibilidades reales de alternancia de poder y donde el pueblo siempre se ha sentido al vaivén de un mal gobierno u otro. Por eso se siente hasta cursi decir que lo que está pasando nos llena de una ilusión irremediable, que ha logrado sobrepasar al...
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