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La semana pasada el movimiento Causa Justa y la joven comunicadora de 26 años Lucía Beltrán —más conocida en redes sociales como La Mona Soy Yo, feminista, profesora y muy próxima a ser mamá— lanzaron el reguetón Mi causa justa en las redes de @causajustaporelaborto. La canción fue producida por Kady y le pone palabras, coreografía y ritmo a un pedido que las mujeres, niñas y personas con capacidad gestante de Colombia le hacemos a la Corte Constitucional: que elimine el delito de aborto del Código Penal. En el video, La Mona baila frente a la Corte Constitucional junto a un grupo de feministas, que repiten una coreografía tan pegajosa como la letra de la canción: “Yo no soy delincuente, yo no soy criminal, mi causa justa es la libertad”.
Colombia es de los países más avanzados de la región con respecto a este derecho; sin embargo, la implementación ha sido lenta y aún hay mujeres, niñas y prestadores de servicios de salud que son criminalizados por interrumpir un embarazo de forma voluntaria, pues en el artículo 122 del Código Penal dice que quien aborte o quien asista el procedimiento puede enfrentar de 16 a 54 meses de prisión. En Colombia, desde el 2006, existen tres causales de la Sentencia C-355, entre ellas la de salud mental, que es la que permite que se realicen de forma legal y segura la gran mayoría de las interrupciones de los embarazos. Sin embargo, esta aparente contradicción entre la sentencia y el Código Penal ha servido para que las causales se interpreten a conveniencia y, como resultado, el artículo 122 es una de las principales barreras para el acceso a un aborto legal y seguro en Colombia. Según la revista Manifiesta, “desde ese año, se han registrado en los sistemas de la Fiscalía General de la Nación 5.646 procesos por el delito de aborto, de los cuales 259 obtuvieron sentencia condenatoria y 95, sancionatoria”. Estas cifras son alarmantes, aunque una sola mujer o niña en la cárcel por abortar ya es demasiado.
El movimiento Causa Justa es una de las vanguardias de la región en materia de avance de derechos sexuales y reproductivos, pues no se trata solo de que se reconozca el aborto como un derecho (algo que la Corte Constitucional colombiana ha hecho en varias ocasiones) o de que se despenalice la interrupción voluntaria del embarazo (algo que se logró con la Sentencia C-355). Se trata de que también se descriminalice el aborto, esto es, que el derecho penal no entre a dirimir sobre la vida y los sueños de niñas y mujeres. Esta idea está perfectamente dicha en la letra de la canción: “El aborto voluntario no nos hace criminales, verdaderos criminales quienes niegan libertades”. Este también es el mensaje que muchas queremos que llegue a la Corte Constitucional, que en estos momentos se encuentra examinando la demanda de Causa Justa y dictará sentencia en unos meses.
Mi causa justa promete ser un himno de las marchas feministas y también es un testimonio de la diversidad del movimiento feminista en Colombia, que es intergeneracional y está en la academia, en el derecho, en las calles. En palabras de Lucía, somos la resistencia, “la fuerte, la verde, la nuestra”.
