Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Esta semana el presidente Petro dio a conocer sus ternados para la Corte Constitucional y la lista incluye a la cuestionada abogada Cielo Rusinque, a quien Petro insiste en acomodar en algún cargo público a pesar de las críticas. Primero el presidente la nombró directora del Departamento de Prosperidad Social, pero salió del cargo para poder acomodar ahí a otra de sus fichas claves: Laura Sarabia, ex jefa de gabinete. ¿Qué le dijo Petro a Rusinque al sacarla del puesto? ¿Le prometió algo mejor? Es posible. Parecía que Petro iba a hacer un enroque y que nombraría a Rusinque jefa de gabinete, pero esto nunca llegó a materializarse. Ahora reaparece en la terna para la Corte Constitucional y, de todos los cargos con los que ha coqueteado, este es el que le daría más poder y en donde más peligrosa sería para los derechos de la ciudadanía colombiana.
Las principales críticas contra Rusinque vienen de su amistad y defensa del profesor Fabián Sanabria, acusado de acoso y abuso sexual por varias víctimas ante la Fiscalía. En Volcánicas publicamos este año un testimonio de uno de los denunciantes y los detalles son escalofriantes. Sanabria, con el apoyo de Rusinque, inició un proceso legal contra Mónica Godoy, docente y defensora de derechos humanos, por asesorar la publicación de las denuncias contra Sanabria que presentó la Comisión Feminista y de Asuntos de Género de Antropología de la Universidad Nacional. El caso llegó precisamente a la Corte Constitucional, que emitió el fallo T-061/22, defendiendo el derecho al escrache como discurso protegido, “porque se explica en virtud a que previamente personas han presentado denuncias oficiales por hechos que se relacionan con violaciones a los derechos humanos, y estas son desatendidas o son tramitadas sin la debida diligencia por parte de las autoridades estatales”.
Sanabria celebró en redes sociales la terna de su asesora y amiga, quien ha dicho en múltiples escenarios que no les cree a las víctimas de Sanabria y que el acoso judicial del profesor contra los denunciantes está justificado. Qué conveniente sería para todos los acosadores y abusadores en Colombia tener a una de sus mayores paladinas dictando sentencias en la Corte Constitucional y qué grave sería para las víctimas que valientemente denuncian.
¿Cómo entender esta terna, que no toma en cuenta a varias mujeres juristas que están más que calificadas para el cargo, como Isabel Cristina Jaramillo, Lina Fernanda Buchely, Helena Alviar o Catalina Botero? Pues parece que Rusinque, al igual que otros personajes “controversiales”, como Hollman Morris, entró al llavero del presidente, quien, quizás en reacción al fuego amigo de aliados como Benedetti, ha decidido premiar algunas lealtades sin importar que no sean personas idóneas para desempeñar los cargos públicos que ambicionan. Lo grave es que estas personas —en particular Rusinque, con la posibilidad de ser elegida magistrada de la Corte Constitucional— pueden enlodar el proyecto de país que Petro quiere construir e infligir un daño a largo plazo a los derechos humanos, como hicieron los magistrados que puso Trump en la Corte Suprema gringa. ¿Ese es el legado que quiere dejar como presidente?