Publicidad

Submarinos y necropolítica

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Catalina Ruiz-Navarro
29 de junio de 2023 - 02:05 a. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

La semana pasada, el mundo entero estuvo hablando de un submarino que llevó a un grupo de millonarios al fondo del océano para ver los restos del Titanic. El submarino estuvo perdido durante varios días, y finalmente se descubrió que había implosionado en el fondo del mar provocando la muerte inmediata de los cinco tripulantes. ¿Qué pensaban y sentían los millonarios? ¿Se estaban quedando sin aire? Los nombres y biografías de los muertos le dieron la vuelta al mundo, y la prensa hizo “cobertura minuto a minuto” de cómo avanzaba la búsqueda del submarino. La historia se convirtió en una fábula contemporánea sobre los absurdos del capitalismo neoliberal, en donde hay quien está dispuesto a pagar 250.000 dólares por viajar hacia una horrible muerte.

Las moralejas son muchas, ¿a los cuántos millones llegas a estar tan aburrido que necesitas estar cerca de la muerte para volver a sentir algo? La periodista Karen Attiah publicó una columna en el Washington Post hablando de Olokun, un orisha de las prácticas de santería que descienden de la tradición yoruba. “Olokun es un orisha muy temido y vengativo, molesto con los humanos porque no le han mostrado el suficiente respeto y reverencia. Está encadenado al fondo del océano para evitar que destruya a la humanidad. La presión de la profundidad del océano representa los orígenes de la vida y amenaza con una muerte horrible e instantánea a los humanos que se acerquen. Por todas estas razones, a Olokun rara vez lo retan o molestan, ni siquiera otros orishas”. Cualquiera habría podido decirles a los millonarios que bajar al fondo del mar era una mala idea, arrogante, ostentosa, innecesariamente peligrosa, el peligro estaba inscrito en los mitos y leyendas, justificado por la ciencia, pero, ¿cuánto dinero tienes que tener para que un millonario realmente te escuche?

Internet se llenó de memes que comparaban a las balsas de migrantes que naufragan en el Mediterráneo, migrantes sin nombres cuyas muertes no despiertan ninguna pregunta, cuerpos abandonados en el mar que nadie perderá su tiempo buscando. Attiah señala algo que pensamos muchas personas mientras veíamos el circo que fue la cobertura de este naufragio: “los hombres blancos pagan grandes cantidades de dinero para participar en experiencias extremas y mortales para tener la experiencia de sentirse pequeños y sin poder. Romantizar el peligro de la muerte como forma de apreciar la vida es un privilegio. [...] Mientras tanto, los migrantes, que podríamos argumentar que son más valientes, pero tienen menos recursos, son demonizados y los dejan morir a su suerte, a pesar de que todo lo que tienen es una oportunidad para trabajar y contribuir con algo de valor a la vida”.

Esos memes, en realidad, hablaban de “necropoder”, un concepto elaborado por el filósofo camerunés Achille Mbembe en su ensayo “Necropolitics”, que fue indispensable para entender la pandemia del Covid-19. Se refiere al poder que tienen unos pocos, y que se expresa en las instituciones, para decidir cuáles vidas valen más que otras, un criterio que hoy en día está claramente en función del capital. “El cálculo de la vida pasa por la muerte del Otro” dice Mbembe y añade que el poder para decidir quién vive o muere cada vez está más privatizado, disponible para quien lo puede pagar. La muerte es siempre una pérdida irreparable, pero para los medios y los Estados solo cuenta como tal si está ligada a categorías abstractas y arbitrarias como el dinero y la ciudadanía.

Conoce más

Temas recomendados:

 

Juan(45350)30 de junio de 2023 - 03:19 a. m.
La prensa amarillista de Occidente hace un gran despliegue de la insensatez de 5 millonarios que hastiados de una vida muelle banal y estúpida mueren aplastados por una fuerza mucho mayor a su ego. En contraste miles de africanos mueren huyendo de una muerte segura de hambre, enfermedades y guerras auspiciadas por los mercadere de la muerte y la muerte con su hoz ahogándolos en el Mediterráneo
German(20426)29 de junio de 2023 - 07:14 p. m.
Los ricos pueden darse ese tipo de lujos, y eso está ok. También tener un yate lujoso lo suficientemente grande para armar sus rumbas o tener avión privado. Lo que no tienen derecho es acumular el 70% de la riqueza del mundo y monopolizar, acumular tanta riqueza que no pueden aprovechar ni ellos ni su descendencia y no pagar impuestos, acumular riqueza mediante la especulación, mediante la expropiación de los bienes de los demás
Alan(5584)29 de junio de 2023 - 05:57 p. m.
Pues la verdad nunca me preocupe por quien iba ni que les habia pasado y creo que cada uno hace con su plata lo que quiere, las comparaciones de aquien les presta mas atencion las autoridades creo que son de mala leche ya que son dos cosas muy distintas,
Ricardo(21804)29 de junio de 2023 - 05:38 p. m.
Tan bueno..esselente columna. Nunca lo había pensado. La prensa los tildó de exploradores preocupados por el planeta.
Maryi(41490)29 de junio de 2023 - 05:19 p. m.
Pertinente la columna. La muerte también está estratificada. Si muere mi vecino su deceso se quedará en el anonimato pero si el fulano que muere tienen poder económico, tendrá a todos los mass media publicitando el drama de su muerte. Así fue la novela trágica del titán.
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.