El aborto en la pantalla

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Catalina Uribe Rincón
28 de agosto de 2021 - 05:30 a. m.
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En la última década la presentación del aborto en cine y televisión se ha vuelto más recurrente. También se ha complejizado. La angustia de tomar la decisión de interrumpir el embarazo, los abortos involuntarios, la imposibilidad de acceder al aborto, el costo del procedimiento, dar un bebé en adopción, el posaborto son algunos de los temas que se han abordado en pantalla. Series como Girls, Sex Education, Jane la virgen y películas como Juno, Abuela y Nunca, casi nunca, a veces, siempre han insistido en nombrar y representar las realidades del aborto.

Sin embargo, como lo afirma la profesora Cassia Roth, es extraño encontrar escenas explícitas de abortos siendo practicados. Esto los mistifica. Y cuando sí son representados esta representación ocurren dentro de cierta oscuridad. Por ejemplo, la película rumana 4 meses, 3 semanas y 2 días, dirigida por Cristian Mungiu, muestra un aborto que, como afirma la crítica Violet Lucca, es cruel, invasivo y distante. Algunos, incluso, lo han comparado con una escena de violación. ¿Está castigando la narrativa a la protagonista por su decisión? La pregunta es relevante. En las representaciones del aborto muchas veces la mujer que siquiera ha considerado esta opción muere o su trama queda inconclusa. Cuando sale “ilesa” se debe a su decisión de cambiar el aborto por el matrimonio.

Aunque muchas de estas representaciones oscuras buscan denunciar los abortos ilegales e inseguros o la falta de control que tienen las mujeres sobre sus vidas y sus cuerpos, la crítica no siempre trae claridad sobre lo que es el aborto. Por ejemplo, el método más representado en la pantalla es el quirófano, aunque el más practicado sea la píldora. O el drama suele ser el de mujeres jóvenes, relativamente privilegiadas y blancas, que quedaron embarazadas en alguna fiesta. En realidad, el aborto es más frecuente en mujeres negras, en mujeres pobres y, sobre todo, en mujeres que ya son madres, en el caso de EE. UU. y el Reino Unido. Aquí, como lo mostró el informe “Criminalización del aborto en Colombia”, es en mujeres rurales. Estas realidades políticas y sociales tienen que afectar nuestro juicio. Hay que representarlas.

También cambia la historia cuando es narrada por mujeres. Por ejemplo, hay algo muy sutil en la representación que hace Céline Sciamma en Retrato de una mujer en llamas, recientemente en cines, sobre el aborto. En ella la criada acude en compañía de las otras dos protagonistas a donde una partera para interrumpir su embarazo. Vemos la escena del aborto. Vemos cómo la criada se recuesta en la cama y abre sus piernas mientras la partera le introduce con fuerza y sin violencia unas yerbas. Un bebé la acompaña. El bebé es de la casa. Y se acerca a la criada mientras le practican el aborto. Ella parece querer hijos. Simplemente no ahora. Es su decisión. O lo era en ese momento, antes de que la institucionalización de la medicina del siglo XIX lo volviera un crimen.

Más transgresora es la insistencia de una de las protagonistas a su amante y pintora para que atestigüe ese momento y lo registre. No como lo registra la medicina, sino que lo pinte, lo recuerde, lo interprete. Y que ese registro quede para que otros lo atestigüen y lo piensen. La vida de muchas mujeres se pierde con la criminalización del aborto. Pero sobre todo se pierde la verdad. Una muy fundamental: la de la naturaleza de la procreación, el ciclo de la vida, la muerte y nuestra capacidad de dar vida y muerte. Mantener el aborto a oscuras nos impide entenderlo.

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Gilberto(4359)28 de agosto de 2021 - 06:05 p. m.
Creo que la mejor película sobre el tema es 4 meses, 3 semanas y 2 días, cruda pero realista, si mal no recuerdo ni siquiera tine banda sonora y mantiene un suspenso perturbador. Es una decisión díficil para las mujeres y nos corresponde a los hombres ayudar para que no ocurran esos embarazos no deseados, hoy en día, con tantos métodos anticonceptivos no deberían ocurrir este tipo de "accidentes."
Igor(19369)28 de agosto de 2021 - 05:16 p. m.
No hay imágenes más aterradoras que las de un ser humano siendo destazado, por voluntad de su propia madre. Tal vez una remembranza de las motosierras que acababan enemigos políticos. Pero hay esperanza, a pesar de lo que digan el homicidio intrauterino no es ley de la república, su "despenalización" es tan sólo el fruto de una Corte que asumió facultades que no le correspondían.
hernando(26249)28 de agosto de 2021 - 05:07 p. m.
Crucial derecho d cada mujer: decidir si quiere o no ser madre y cuando
Alvaro(sa3gs)28 de agosto de 2021 - 04:43 p. m.
Puede que no sea muy fácil de entender por ser multi_ causa ,pero es un vil asesinato del más devil.
Judith(76151)28 de agosto de 2021 - 03:25 p. m.
No creo que seamos competentes para dar muerte.
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