Publicidad
Lee este contenido exclusivo para suscriptores

Ginsburg, Scalia y la ópera

Catalina Uribe Rincón
26 de septiembre de 2020 - 03:00 a. m.

Ruth Bader Ginsburg, la jueza estadounidense, fue una devota de la música clásica durante toda su vida. La ópera, sin embargo, tuvo un lugar especial en su corazón. Un lugar que compartió con su colega y amigo Antonin Scalia. Su amistad no tendría relevancia si no fuera porque Gingsburg y Scalia fueron en muchos aspectos opuestos. No sólo era él famoso por su temperamento explosivo, mientras ella fue conocida por su mesura, sino que se encontraron toda su vida en los dos extremos de la interpretación de la Constitución: él, un conservador católico ceñido a la letra de la ley, y ella, una liberal judía convencida de que las leyes tenían que cambiar con la sociedad. Aun así, pese a sus diferencias políticas e intelectuales, lograron una sana y profunda amistad.

 

Luis(56775)26 de septiembre de 2020 - 04:10 p. m.
Excelente. El problema, o más bien la circunstancia, es que debemos aprender a respetar la diferencia. Nadie es dueño de la verdad absoluta.
Eduardo Sáenz Rovner(7668)26 de septiembre de 2020 - 01:44 p. m.
Es muy trabajoso ser amigo de un uribista furibundo.Además no conozco el primero al que le guste la ópera...
-(-)26 de septiembre de 2020 - 12:40 p. m.
Este comentario fue borrado.
Distrito Federal(23024)26 de septiembre de 2020 - 12:42 p. m.
Excelente artículo periodístico. Tengo amigas y amigos de todos los lugares y posiciones ideológicas, pero qué hacer cuando en una de esas fronteras ideológicas conviven o hasta no reparan en que la violencia y la ultra desigualdad no son o no contienen un problema ético?
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar