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La Cancillería y sus puros funcionarios

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Catalina Uribe Rincón
12 de agosto de 2023 - 02:05 a. m.
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Durante el final de la Edad Media el término “cristiano puro” (o “cristiano viejo”) se popularizó en España y Portugal. Este término se oponía al de “cristiano nuevo”, del que se suponía ascendencia de conversos de origen moro o judío. Aunque no concedía un privilegio estamental, ser considerado cristiano puro protegía de expulsión, maltrato y discriminación. De ahí las costumbres que resultaron por la obsesión de señalar “la pureza de sangre”.

Una de estas costumbres fue la famosa pata de jamón que todavía hoy cuelga de salumerías, tabernas y restaurantes españoles. El mensaje, en su momento, fue claro: “Acá se come cerdo, mucho cerdo”. Esto quería decir que la familia “con pata colgada” era sin duda cristiana (y de viejo). También se utilizaba para señalar que los judíos o musulmanes no eran bienvenidos. ¿Qué iban a hacer allí aquellos cuya religión les prohibía la ingesta de cerdo?

Otra costumbre que desató la obsesión purista fue el rastreo de apellidos, esos nombres que combinados con el de pila forman el nombre completo. El apellido, vale la pena recordar, no existe siempre ni marca la historia en todas las culturas. En Islandia, por ejemplo, los apellidos no son más que el primer nombre del padre. Así, la hija de Jón se apellida Jónsdottir y su hijo Jónsson. Cuando estos tengan hijos llevarán el primer nombre del padre y se perderá el del abuelo.

En las culturas hispánicas se trata de marcar la sangre por parte y parte y es poco lo que quieren que se pierda. Si se revisan los nombres de los padres y de ahí los de los abuelos, se puede ir construyendo la cadena de ascendencias. En nuestra cultura es incluso recreo de niños conocer la sucesión de apellidos: “¿Cuántos apellidos te sabes? ¿Cuatro? ¿Ocho?”.

Pues bien, nuestra Cancillería anda también jugando a los apellidos. Resulta que, desde hace ya un tiempo, para dar o renovar los pasaportes los funcionarios les están pidiendo información y papeles adicionales a las personas que no tengan “apellidos colombianos”. ¿Cómo definen lo colombiano? Al parecer, lo que les suena ibérico, como el jamón. De malas los Hoffman, Haddad y Goldman. También los Saad, Fakhouri y Amat. Igualmente, los paganos (o en su tiempo gentiles) y cualquier apellido que “no es de aquí”, como le dijeron a la persona que estaba sentada a mi lado.

La cédula debería bastar, pero la Cancillería no confía en la Registraduría y antes de emitir el documento de viaje quiere asegurarse de que el individuo en cuestión sea “colombiano, colombiano”. Para varios “impuros,” que cuentan con otro apellido “de acá”, el lío no ha sido mucho. La persona a mi lado convenció al vacilante funcionario de que su otro apellido era de Tunja y, por eso, “muy muy de aquí”. Pero hay en redes denuncias de personas a quienes todavía no les han dado su pasaporte porque su “trazabilidad no es clara”. Pueden votar pero no viajar y esto se decide a libre discreción de “la oficina expedidora”.

Sobra decir que, así no haya problema en el trámite, el hecho de solicitar información adicional sin justificación es discriminatorio. Según lo que he podido investigar, la Cancillería no ha dado justificación. En una carta de respuesta a la Confederación de Comunidades Judías, el ministerio respondió que la Resolución 6888 de 2021 confiere autoridad para solicitar información adicional a las cédulas y los registros civiles cuya inscripción haya sido realizada de manera extemporánea. Pero no hay nada de extemporáneo en tener un apellido de escritura “atípica”. Entonces, ¿cuál es la razón?

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NAVY(47439)13 de agosto de 2023 - 12:08 a. m.
Quien es colombiano-colombiano?. La mayoría de apellidos vienen de Europa y de oriente; quedarán solos los de ascendencia indígena?
Gabor(jhlcb)12 de agosto de 2023 - 09:29 p. m.
El doble rasero del gobierno del "cambio", pues a los españoletes q' le metieron dinero y le hiciron la campaña a Petro les otorgaron la nacionalidad colombiana en menos de 15 días.
@;-)=(4444)12 de agosto de 2023 - 09:12 p. m.
Es muy cierto lo que dice la columnista, Colombia ha sido uno de los países más cerrados a la inmigración de extranjeros desde vieja data . Es muy probable que en la Cancillería tengan reglas internas que restrinjan la ciudadanía y el porte de pasaporte a muchos extranjeros e hijos de extranjeros.
Magdalena(45338)12 de agosto de 2023 - 08:25 p. m.
Pues aquí en los últimos tiempos,les han regalado a muchos extranjeros no solo la ciudadanía colombiana,sino numerosas tierras de la nación.La corrupción permea todo.
Helena(32726)12 de agosto de 2023 - 05:56 p. m.
Estupidez es la respuesta, cada día peor la mal llamada cancillería.
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