En este punto es difícil saber si Petro está jugando con la táctica de comunicación trumpista de provocar para conseguir alcance, o si su ya conocida terquedad o su rabo de paja le impiden condenar el terrorismo. De cualquier forma, llegamos a un punto en el que los mensajes del Gobierno se han vuelto insostenibles. La tapa fue cuando la Cancillería emitió un comunicado en el que decía que la colombiana Ivonne Rubio estaba “desaparecida” y no asesinada por Hamás. ¿Es acaso tan difícil llamar el mal por su nombre?
Con tal negación, el Gobierno Petro se une sin reparos a uno de los delirios más grandes de nuestra época: el de querer...
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