Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.

Lanzando comida

Catalina Uribe Rincón

24 de enero de 2020 - 08:29 a. m.

Hace unos días, las youtubers españolas Maribe Ponce y su hija Danna recorrieron las calles de los barrios “pobres y conflictivos” de Valencia (España). El objetivo era filmar un video que luego publicaron con el nombre “24 horas haciendo feliz a los demás”, en el que aparecen en su carro tirando comida por las ventanas. Después de que muchos internautas criticaran el humillante y degradante video, las youtubers salieron a defenderse argumentando que tenían “una buena intención”. A esto añadieron que “la mayoría de los alimentos se entregaron en las manos y solo fue una vez, justo la que quedó en el video, que lanzaron comida”.

Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO

¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar

PUBLICIDAD

La absurda situación me hizo pensar en un documental que vi hace unos años sobre el terrible viaje al que se enfrentan algunos centroamericanos que quieren llegar a Estados Unidos. El tren de la muerte, como se le conoce, lleva personas hacinadas en contenedores de mercancías. Los grupos que trafican con migrantes venden pasajes millonarios para acceder a un diminuto puesto en el tren. Algunos mueren asfixiados, otros por enfermedades y muchos son asesinados por los carteles mexicanos. La única escena esperanzadora del documental es una en la que unas mujeres cocinan y empacan comida en recipientes, esperan el tren con el riesgo que les acarrea ser arrastradas por la inercia y lanzan los recipientes a personas que no ven y nunca conocerán.

¿Qué hace que el acto de las youtubers españolas nos parezca reprochable y el de las mexicanas nos alivie un poco el dolor? Quizá sea el universo simbólico en el que se inscriben. La caridad, en un contexto católico, es la virtud que une con el creador y, quizá, como la prudencia, condición de posibilidad de cualquier otra virtud. La caridad es una suerte de amor que se extiende a toda la creación y que le recuerda su radical contingencia y fragilidad. En teoría, la caridad une a través del amor de Dios que ven los creyentes en el prójimo.

Read more!

En las sociedades modernas, la dependencia que subraya la caridad se nos hace problemática. La única sumisión que asimilamos es la sumisión frente al Estado, pues el Estado, eso creemos, somos todos. Todas las demás dependencias nos parecen una irrupción metiche y arrogante en la vida de los demás. La caridad, creemos, es un ejercicio insulso y diletante que pierde de vista la verdadera lucha contra las exclusiones estructurales. Es más, normalmente adelantada por mujeres, reprochamos la dependencia que reproduce. En lugar de estarle sirviendo al Estado o produciendo recursos para el Estado, andan repartiendo panecillos para regresar a un hogar donde son ellas mismas accesorias.

Pero, arrojados en Estados con fallas tan grandes como los nuestros, no nos queda más que pensar en éticas de emergencia. Estas éticas se mueven entre la igual dignidad que queremos alcanzar con nuestros Estados y el reconocimiento de que es nuestra propia mezquindad lo que no nos permite lograrlo. Quizá, con o sin Dios, no nos queda más que afianzar la vida extendiendo nuestra mano a perfectos desconocidos, algunos de los cuales seguro ni la merecen. Pero, como las mujeres mexicanas del tren, tenemos que extender la mano no como un acto de condescendencia, sino como uno de resistencia. Uno que nos acerque a la igualdad, no que nos aleje de ella.

Read more!

Conoce más
Ver todas las noticias
Read more!
Read more!
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.