Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Un reciente estudio demográfico realizado por la Universidad de Singapur y el Instituto de Educación de Hong Kong analiza el porcentaje de personas que viven solas en distintos países.
El análisis, recuperado por la revista The Economist, se concentra en el caso de China, en donde las mujeres jóvenes están optando cada vez más por salir de las casas de sus padres y vivir solas antes de casarse. El caso es significativo puesto que en ese país sigue siendo tabú que una mujer se independice antes del matrimonio.
El único país latinoamericano mencionado en el estudio es México, en donde el número de solteros viviendo solos está muy por debajo de la China y sus cifras son más bien parecidas a las de Irán y Vietnam. Colombia, muy seguramente, no está muy lejos de estos países. Por supuesto, la pobreza de los países influye. En lugares donde con dificultad se puede sobrevivir juntos, mucho menos se logra separados. Pero lo que más influye es la tradición. Al final del día, y pese a gastar más de la mitad de su salario en el arriendo, las mujeres chinas están peleando por la autosuficiencia.
Solo hasta hace muy poco a las mujeres se les dijo que no podían ser médicas o ingenieras, ni abogadas ni gerentes. En Colombia muchas mujeres ya son todo eso pero siguen viviendo en casa de sus padres, no sólo por practicidad sino porque “es lo correcto”. De todos los problemas del país, quizá este no parezca el más importante. Sin embargo, es uno de esos detalles que retrasa el desarrollo. Nunca es útil una costumbre que hace a la mitad de la población más temerosa y dependiente. Nadie es más adulto por casarse y mucho menos por tener hijos. La adultez inicia con las finanzas y termina con la autonomía de criterio.
