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¿Para qué los hijos?

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Catalina Uribe Rincón
08 de enero de 2022 - 05:30 a. m.
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En su más reciente intervención, el papa Francisco tildó de egoístas a quienes prefieren mascotas en vez de hijos. Afirmó que negar la paternidad y la maternidad “nos quita humanidad, la civilización se vuelve más vieja”. Sus afirmaciones, como era de esperarse, no pasaron desapercibidas. Fueron muchos los críticos que respondieron a la hipocresía de la cabeza de una institución llena de hombres viejos y célibes.

El problema, sin embargo, no es la vejez ni el celibato. Tampoco lo es el argumento falaz de que solo quienes han vivido una experiencia en particular tienen la capacidad y la autoridad para hablar de ella. Si esto último fuera cierto, podríamos hablar de muy pocas cosas y cualquier intento de abstracción argumentativa sería vano. Vale la pena, entonces, antes que atacar la autoridad del papa, analizar un argumento que lleva siglos resonando en la cultura: “El que no tiene hijos es egoísta”.

Comencemos con lo obvio: hacerse padre no es condición necesaria ni suficiente para volverse altruista, ni generoso, ni desinteresado. Ni siquiera lo vuelve mejor miembro de la humanidad. Sí, uno pensaría que tener un hijo llevaría a las personas a querer mejorar el mundo en el que habitarán sus críos. Pero en la práctica lo que generalmente sucede es que los padres se limitan a trabajar para ofrecerles a sus hijos una ventaja en el mundo tal y como está —por algo el nepotismo nos define—, lo que en sí mismo no sería tan malo si todos esos pequeños fueran a ser decentes, generosos y competentes. Pero pasa con frecuencia que entre “más ayudas” requiera el hijo, más lo protegen los padres resguardados en la idea del “amor incondicional”. Y así, por amor incondicional, a veces fracasan las empresas y tenemos atrofiada la política.

El otro problema está en asumir que la generosidad protectora de los padres hacia sus críos es incondicional. Ese “dar” tiene detrás el complejo de creador. Desde que nacen, muchos padres se obsesionan con que sus hijos se construyan a su imagen y semejanza. No es extraño oír frases como: “Es igualito al papá”, “será médica como la mamá”, “aunque es adoptada tiene los mismos gestos de su padre”, donde ese “aunque” alerta sobre la forma despectiva con la que algunos se refieren a los hijos adoptados. ¿Acaso por qué no habría de tener los mismos gestos? De cualquier forma, el hecho de que la mayoría de los hijos no sean adoptados sugiere el valor que dan los padres a su propia constitución natural y al placer que les produce replicar su forma.

Claro, no todos los progenitores deciden cuidar a sus hijos. Muchos los arrojan a la caridad de la humanidad, que lastimosamente muy pocas veces responde. Pero los que sí se hacen responsables vierten mucho esfuerzo en forjar sus estatuillas de barro y rara vez ese esfuerzo es desinteresado. Los padres, normalmente, quieren algo a cambio. Quizá lo mismo que dieron: amor, cuidado, tiempo, dinero, protección y demás. Algo que está bien, muy bien. Pero hay que comenzar a decirlo para que no se genere una mistificación de la muy común reproducción. Algo hemos avanzado en convencer a la humanidad de que los niños no vienen con un pan debajo del brazo. Ahora hay que pensar para qué traerlos. Habrá miles de razones, pero hay que darlas. Quizá sea hora de cambiar la tradicional pregunta de “¿por qué no quieres hijos?” por la que casi nunca se hace: “¿para qué los quieres?”. Muchos abusos se pueden evitar si vivimos un poco más reflexivamente.

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Hector(76448)10 de enero de 2022 - 05:54 p. m.
Pero es última pregunta: "para qué los quieres? No es acaso una expresión utilitarista? No sería ahondar más en la cosificación del ser humano?. Los seres humanos no significamos por lo que hacemos o no hagamos, el significado de nuestra existencia es el desarrollarse de esa misma existencia, claro si dejamos que exista
  • María(60274)10 de enero de 2022 - 07:45 p. m.
    Pero es una pregunta básica, porque usted tiene que saber porque trae a otro ser humano a este planeta, porque no es cualquier cosa, será que vale la pena? será que solo lo va a traer a pasar dificultades? porque esas teoría románticas, son solo eso, puras fantasías, la vida no es fácil y mucho más con las condiciones en las que vivimos, donde no hay trabajo, difícil pensar en una jubilación.
Alfredo(45487)10 de enero de 2022 - 02:17 p. m.
El rol fundamental del Ser Humano es garantizar la existencia de la especie. Cuando se decide no tener hijos se renuncia a esa condición natural. Las calidades del Ser Humano corresponde a otras consideraciones de su existencia. ¿Es una decisión individual o Social?. No lo Sé.
Protection(0v422)10 de enero de 2022 - 12:56 a. m.
Flojisimo artículo...
HELBERT(40077)09 de enero de 2022 - 05:01 p. m.
Tener hijos o mascotas se predica con algo de superioridad moral, alegando ser mejores seres humanos y más sensibles. Responsables, empaticos, cuidadosos. Nada de eso es cierto. Basta ver el comportamiento de esos adultos en los sitios públicos; sin el mínimo de cuidado por dejar limpio el parque o mejor cuidado, o el comportamiento al conducir o ….
  • María(60274)09 de enero de 2022 - 10:21 p. m.
    Lo mismo los que tienen hijos y dicen que los hacen mejores personas y luego cogen a coscorrones a esos hijos cuando se comportan como lo que son, niños reales y no niños imaginarios como los que desea criar el papa cuando es él, es el ejemplo del egoísmo o por qué sus curas no se casan y tienen niños.
jairo(19688)09 de enero de 2022 - 04:57 p. m.
Es muy controvercial el asunto, en Colombia hay que analizarlo, diría de forma regional. Y, además con semejantes brechas de desigualdad. Más que un tema religioso, es social.
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