Reportando la crisis humanitaria

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Catalina Uribe Rincón
21 de junio de 2018 - 04:30 a. m.
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Desde que Trump ordenó separar en la frontera a los niños inmigrantes de sus padres, las cadenas de televisión estadounidenses no han parado de reportar lo que sucede. Al tiempo que los periódicos más importantes hacen un seguimiento diario del tema, videos y testimonios son difundidos en redes sociales. Lo contrario ocurre en Colombia; entre más aumenta la crisis humanitaria en la frontera con Venezuela, son menos los reportes, denuncias o análisis que oímos de ella. Parece como si los medios nacionales, al igual que las redes sociales, se sintieran impotentes ante una crisis que se agrava con las horas y que parece inmanejable.

Pero ¿de verdad no hay nada de margen para los medios? ¿Ni siquiera para el efecto CNN? En términos generales el efecto CNN es un fenómeno donde los reportes de las crisis humanitarias, acompañados con documentación visual, tienen efecto político cuando son incesantes. Claro, este efecto no es siempre positivo y hay veces que ha sido manipulado por los gobiernos de turno. También ha mutado con las nuevas tecnologías. De ahí que algunos ahora lo llamen el efecto YouTube, por los videos que suben los ciudadanos con el fin de denunciar alguna crisis. Y aunque toda arma tiene doble filo, y la insistencia visual corre el riesgo de caer en el sensacionalismo, ¿acaso la situación de los venezolanos no amerita que le demos todo el cubrimiento del mundo?

El momento es además estratégico. Un estudio de Jeangène Vilmer ha mostrado que uno de los grandes impactos de los medios en las políticas públicas ocurre cuando no existe todavía una política clara para enfrentar alguna crisis. El caso colombiano parece estar en este punto. A pesar de los esfuerzos de la Cancillería y de la ayuda económica de algunos países, todavía no hemos siquiera empezado por lo básico: construyendo un campo de refugiados. ¿No es ese siempre el primer paso? Que tengamos miles de venezolanos durmiendo en las calles, o en los parques, sin acceso a alimentos o baños es simplemente cruel. Y hay algo de negligencia inexcusable cuando el cubrimiento de esta tragedia parece que cansara. Hay esfuerzos, claro, pero con pausas. Quizá sea hora de hacer un esfuerzo aún más sostenido.

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