Publicidad

Laura Villamil y la tragedia de ser artista en Colombia

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Catalina Valencia
19 de septiembre de 2024 - 02:00 p. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Son las cuatro de la tarde del 12 de septiembre y Laura Daniela Villamil se debate entre la vida y la muerte. A sus 28 años una carrera, acaso definitiva, se ha puesto delante de su sueño: vivir dignamente a través de su arte. El accidente de Laura Daniela, la nula preparación del restaurante Andrés Carne de Res para contener una tragedia de ese tipo y los problemas que se han ventilado sobre el Programa Nacional de Estímulos han puesto en la conversación un problema que nació con el país: en Colombia es muy difícil ser artista.

La posibilidad de que el Estado pueda apoyar a una nueva Beatriz González, una Totó la Momposina o a un Gabo es mínima. La única posibilidad que podría tener un artista de esas dimensiones sería elegir el exilio. Los mecenas ya no existen. El Grupo Santodomingo en algún momento decidió apoyar con becas, institutos o la creación de grandes escenarios del arte en Colombia. Incluso, cuando compraron el diario El Espectador, en 1996, estas podrían haber sido oportunidades de ver un asomo gigante de filantropía en el país.

En El Espectador, don Guillermo Cano le dio las primeras posibilidades a García Márquez de ganarse su vida haciendo lo que le gustaba. El propio Julio Mario pagaba las cuentas de ron y le compraba sus primeras novelas de Faulkner a Gabito, pero ese mecenazgo simplemente dejó de ser atractivo cuando se inventaron el cuento tecnócrata y maluco de que los artistas deberían ser también gestores culturales. Hace años dejé de ser bailarina para convertirme en gestora cultural, dejé de bailar para dedicarme a intentar ayudarles a los creadores a gestionar sus proyectos. Mi preocupación empezó en la universidad cuando en los pasillos las bailarinas y los bailarines hablaban de qué iban a vivir, allí supe que debía encontrar alternativas para que el movimiento no muriera.

Hay que tener vocación de pobreza para ser artista en Colombia. Según datos nacionales del DANE, la informalidad laboral en el sector cultural puede superar el 50 %, aunque varía según subsectores y regiones. Esto implica que muchos artistas trabajan sin contrato formal ni acceso a seguridad social o beneficios laborales.

Si evaluamos prioridades en un país tan desigual como Colombia en términos sociales, las artes nunca han sido una prioridad y quizá nunca lo serán; no obstante, en medio de las tragedias nacionales, tanto artistas como deportistas promueven y ponen al país en otro lugar y logran sacar a la sociedad de la vida ordinaria llevándola algo extraordinario. Pero ni siquiera los artistas tienen derecho en este país a trabajar en un lugar en donde tengan algo tan necesario para prevenir un accidente como es un maldito extinguidor. La tragedia de Laura Daniela Villamil resume la precariedad de una profesión que le ha dado tanto brillo a un país, aunque no tiene demasiados motivos para sonreír.

Conoce más

 

HELBERT(40077)21 de septiembre de 2024 - 01:38 a. m.
Depende el arte que trabaje el artista. Cómo contrataría a un pintor? Por horas y lo afilia a la seguridad social? Pues no. Este pintor hace obras y las vende. Si se afilia o no al sistema de seguridad social es una decisión personal. Es muy difícil proponer un esquema remunerativo para el talento parecido a como lo hacen para gente que desempeña oficios o profesiones adquiridas por estudio o experiencia.
Alonso(57439)20 de septiembre de 2024 - 12:33 a. m.
Gracias por su columna, tema que le daría para muchísimas más. Anímese a hacerlo, el talento artístico es abundante en los barrios de nuestras ciudades y municipios de todo el país. Hagámoslo visible
Alberto(3788)19 de septiembre de 2024 - 11:51 p. m.
Las Becas Mazda-Colombia para estudiar y especializarse en música, fomentadas por su entonces presidente, José Fernando Isaza, también fueron excelentes. El presupuesto para el ministerio de cultura, y entre paréntesis para el de ciencias y deportes, son los Más Bajos de la historia.
luis(18551)19 de septiembre de 2024 - 09:23 p. m.
Ni educación ni arte. Mientras más brutos, mejor. Ellos mismos, los dueños del capital, no son sino eso: dueños del capital. Quieren que el artista sea una mera marioneta. El arte, cuando es de verdad, los desnuda. Gracias por su columna. Aguerrida.
  • HELBERT(40077)21 de septiembre de 2024 - 01:41 a. m.
    Absurdo lo que dice. Precisamente la gente que tiene mejores medios económicos son los que consumen arte. Y de ahí nace el circuito económico del artista. O es que los pobres compran cuadros? O van al teatro? O compran libros? O leen prensa?
Henry(25326)19 de septiembre de 2024 - 04:32 p. m.
En este pais miserable no merece la pena dar la vida como soldado, padre o artista
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.