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Ocho meses antes de ser elegido magistrado de la Corte Suprema, en su Sala Penal, Diego Eugenio Corredor exhibía, sin asomo de equilibrio, sus preferencias políticas. En un elocuente mensaje publicado en su cuenta de la red social X, decía: “Que (sic) buena la intervención q acabamos de oír del señor presidente y sus ministros. Es un reto para todo el país encontrándose al mando de un gran equipo. Que (sic) #GrandeMiPresidenteDuque” (ver). En realidad, esa posición del futuro togado Corredor no era novedosa: reiteraba su cercanía con la administración uribista del cuatrienio 2018–2022. A inicios de la misma, le había expresado sus efusivas felicitaciones al comentarista Juan Lozano por un escrito favorable a Duque y, unas semanas más tarde, aplaudió al propio presidente, enviándole su espaldarazo con mención a una cadena radial cercana al mandatario: “@BluRadioCo @IvanDuque Muy bien Presidente (sic)…”. Corredor Beltrán dejó rastros de su fervor partidista por la dupla Uribe-Duque desde la época de la campaña que llevaría a este último a la Presidencia. Es así como, en octubre de 2017, reaccionó a uno de los discursos en que el candidato elogiaba al recién fallecido Fabio Echeverri Correa, gran gurú de los gobiernos uribistas. Entonces, el futuro magistrado de la Suprema dejó constancia de la emoción empalagosa que lo embargaba: “Uribe le debe su Presidencia y los aciertos q tuvo en su primer período, a este personaje (Echeverri) quien fue de gran carácter, valía y honestidad” (ver).
No solo los trinos definen las tendencias y personalidad de un usuario de X. Igualmente significativas son las notas ajenas que se copian en la cuenta de cada quien. Las “republicaciones” del togado Diego Corredor –autor del fallo de tutela que ordena la libertad del expresidente condenado, Álvaro Uribe Vélez, mientras se ratifica o anula su condena– también son reveladoras: una rápida revisión de sus “reposteos” amplía la comprensión sobre sus convicciones y preferencias. Por ejemplo, apenas a un mes de ser elegido en la Corte (nov./20), Corredor repitió un trino de su adorado Duque en que este daba parte de un éxito de su gobierno: “Agradecemos al Congreso de la República la aprobación de la reforma al Sistema General de Regalías…” (ver); replicó otro del mismo presidente: “Seguimos obteniendo resultados en lucha contra el narcotráfico…”. Estos no son sus únicos “retrinos”.
El futuro magistrado citaba, con regularidad, las frases de los personajes de la derecha y ultraderecha uribista-duquista del momento: María del Rosario Guerra, Juan Carlos Pinzón, Jonathan Malagón, Carolina Arbeláez, Federico Gutiérrez. Y hasta calcaba los mensajes de un portal tristemente célebre por ser una caverna de difamaciones que planta calumnias e injurias en medio de la más absoluta impunidad. Otra réplica que Corredor puso en su cuenta es bien llamativa vista con ojos de hoy: se trata del trino de una columnista conocida por sus odios: “Ojalá @petrogustavo nunca sea Presidente (sic) de este país…”.
El registro de este mensaje es de septiembre de 2020. A comienzos de noviembre de ese año, Diego Corredor fue elegido en la Suprema. Empezó a ejercer sus funciones de máximo juzgador penal y, sin embargo, la maña de “retrinar” no se le quitó. Un año después de trabajar en el Palacio de Justicia, el 23 de octubre de 2021, el susodicho magistrado compartió en su sitio X, la felicitación de Enrique Peñalosa a Duque por la captura de alias Otoniel, jefe del clan del Golfo: “felicitaciones a nuestra Policía, nuestro Ejército y al presidente Duque por la captura de este criminal…”. Simultáneamente, Corredor le puso un click a “me gusta” en la publicación de un video con las imágenes de la captura del delincuente. Semanas más tarde, la revisión judicial de la polémica extradición de “Otoniel”, uno de los criminales con mayor número de verdades por contarle a la justicia, llegó al despacho de nuestro expresivo hombre de la toga. Los abogados de alias Otoniel pidieron apartar a Corredor de la decisión, por falta de neutralidad (ver). La recusación no prosperó, pero es claro que las actuaciones de un juez, sea el proceso o el reo que sea, deben estar presididas por la imparcialidad. Por eso y frente a lo expuesto, es legítimo interrogarse sobre la distancia real del togado Corredor frente a una causa (extradición de “Otoniel”) en la que Duque tenía tantos intereses de silenciamiento. Con mayor razón, cualquier ciudadano debe preguntarse si este magistrado de amores políticos e ideológicos tan definidos, solo aplicó sus conocimientos y su posición jurídica cuando garantizó la libertad del condenado Uribe mediante tutela, a pesar de que este mecanismo no debe utilizarse como vía alterna a sentencias y acciones judiciales, tal como lo han debatido las propias cortes. Y, desde luego, cabe la duda sobre la posibilidad de que sus argumentos se hayan mezclado con sus sentimientos, dándole gusto a su corazón uribista que lo habría impulsado a fallar como le agradaría a su “#GrandeMiPresidenteDuque”.
