El poder y la desgracia parecen ser los signos de la vida de Álvaro Uribe: el poder del dinero, el poder político, el poder de tener un país a sus pies, el poder de hacer lo que le ha venido en gana –así suele sucederles, precisamente, a los poderosos frente a quienes las mayorías callan y obedecen, no importa si lo que se les ordena es reprochable o intachable– y la desgracia inmensa de cargar con un pasado cuestionable, con mil sombras que lo siguen, con reclusos “testigos” de su honor, y con otros reos deponentes de su deshonor. Le ocurre así al expresidente con tanta frecuencia que cualquiera se pregunta en cuáles ambientes se ha desenvuelto su trasegar por este mundo. A cada obstáculo de reputación que le brota, le surge un preso que lo defiende y otro que lo ataca en lugar de contar, por ejemplo –y dada la altura de la representación estatal a que llegó–, con el apoyo testimonial de un intelectual, de un profesor emérito, de un escritor de renombre, de un filósofo, de un científico social a los que les conste cuál ha sido su verdadera conducta.
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Juan Carlos Sierra Ramírez, alias El Tuso es uno de los más recientes declarantes del juicio público que se adelanta en contra del exmandatario por los delitos de soborno y fraude procesal. En su intervención ante el juzgado, hecha desde un lugar en Florida, en donde vive bajo un régimen especial para expresidiarios que ofrece Estados Unidos, Sierra Ramírez favoreció a Uribe con afirmaciones que fueron desmentidas parcial o totalmente por personas llamadas después al estrado.
El Tuso se suma a otros condenados que recibieron la visita de Diego Cadena, abogado del expresidente y procesado –como este– por el ilícito de compra de testigos del que Uribe sería el autor mediato y Cadena, su enviado, el autor directo. Un día cualquiera, el autodenominado “abogángster”, vocero del jefe del Centro Democrático en los reclusorios, viajó a Miami para entrevistarse con El Tuso, a quien pudo acceder, según versión del propio exmandatario, después de que el bandido Sierra conversara en una cancha de fútbol, por casualidad, con el odontólogo Juan Manuel Aguilar (ver), quien es el hermano de Carlos Mario Aguilar, alias Rogelio, por casualidad, un jefe de la temible Oficina del sicariato paramilitar de Envigado (ver), a la que también pertenecía El Tuso. ¡Qué casualidad! No paran ahí las coincidencias: Sierra Ramírez, alias El Tuso, nació y vivió en Andes, una de esas poblaciones de Antioquia en donde, por coincidencia, también nació y tuvo (¿tiene?) grandes intereses el condenado por nexos paramilitares, exsenador Mario Uribe Escobar, primo cercano al corazón grande del expresidente y de su hermano Santiago. La historia cuenta que Uribe Escobar contrajo matrimonio con una prima de alias El Tuso (ver) y que una tía de este, notaria de Medellín, le pagaba coimas –a Mario Uribe– para que la mantuviera en el cargo (ver).
Veleidoso como es el narcopariente del excongresista, Sierra ha declarado unas veces en una dirección y otras en dirección contraria. Por ejemplo, en 2010 y 2011, tal vez herido por el incumplimiento del gobierno Uribe, que lo extraditó junto con 13 jefes paramilitares pese a haberles prometido beneficios judiciales y un proceso de paz si se entregaban, El Tuso confesó su participación en la fabricación de una carta falsa. La misiva, atribuida a otro preso de Itagüí apodado Tasmania –un paramilitar de base que no sabía leer ni escribir–, iba dirigida al presidente Uribe Vélez y denunciaba que el magistrado Iván Velásquez, quien investigaba a los parapolíticos (entre ellos al primo del mandatario, Mario Uribe Escobar), intentaba vincularlo con un asesinato. La carta del recluso llegó a la Casa de Nariño sin sellos ni portador conocido y el propio jefe de Estado hizo una declaración calumniosa en contra del hoy exministro Velásquez con el fin de que la Corte Suprema lo separara del caso de la parapolítica que comprometía a sus aliados. Alias El Tuso declaró que esa comunicación fue escrita a varias manos por unos jefes paramilitares (Báez, Bolívar y otros) que estaban recluidos en su cárcel con personajes cercanos a Uribe Vélez: Mario Uribe, el pariente del presidente y de El Tuso; Sergio González, abogado de El Tuso, vecino de oficina de Mario y de finca de Santiago; María del Pilar Hurtado, directora del DAS, y el consejero de palacio José Obdulio Gaviria (ver). La justicia falló la inocencia de Velásquez y el entramado se cayó por completo (ver). Casualmente, siete años después de que el abogángster del expresidente se entrevistara con Sierra Ramírez en Miami, el protegido de Estados Unidos dio la vuelta. Ahora, solo recuerda o inventa lo que le conviene al exmandatario, el poderoso señor a quien le dan certificado de su honor, siempre y de manera sorprendente, los delincuentes.