La protegida del ultraderechista Alejandro Ordóñez, Margarita Cabello, le debe su carrera pública, después de la inquietante magistratura que ejerció en la Corte Suprema en donde, muy pronto, adquirió fama de manipuladora de cargos judiciales —desde los de juez de pueblo hasta los de presidente de alto tribunal—, a Iván Duque que la nombró en el Ministerio de Justicia cuando le faltaban siete meses para terminar su periodo de togada. Todo estaba milimétricamente calculado: su ingreso al Gobierno era un peaje, una corta espera de un año, cuando le llegaría el turno de retirarse, por tiempo cumplido, al procurador Fernando Carrillo,...

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