Austeridad y discreción, dos cualidades de conducta que no habitan en la personalidad del fiscal general. Por el contrario, es funcionario conocido por su obsesión con la opulencia, con lo costoso, con lo suntuoso. Por ahí circula un dicho del mayor acierto: el que nunca ha visto a Dios, cuando lo tiene cerca, se asusta. La metáfora de la sabiduría popular dibuja la actitud que adopta —como la define un profesor del Rosario— “... (quien) ha ascendido muy rápido en la escala social, ha sido investido de algún cargo importante o, simplemente, le ha llegado la fortuna económica de improviso”. Sin embargo, aclara el autor de la...
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