Corría 1984. El hoy presidente Trump era, entonces, un apuesto millonario de 38 años que empleaba su tiempo de trabajo en aumentar la fortuna de su familia, basada en la construcción de edificios, hoteles, casinos y campos de golf. Entre tanto, un país de la periferia latinoamericana llamado Colombia pasaba momentos angustiosos: en abril de ese mismo año, el gran capo del narcotráfico, Pablo Escobar, envió a dos de sus sicarios a matar al ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla, quien combatía, casi solitario, al propio Escobar y sus bandas de la droga. Con su asesinato, el jefe del cartel de Medellín cobraba venganza por el...
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