El 17 de febrero de este año cayó jueves. Esa mañana, Alejandro Valencia Villa, delegado de la Comisión de la Verdad, y un investigador de esa misma entidad —creada en el marco del Acuerdo de Paz para conocer, extrajudicialmente, los hechos abominables del conflicto armado colombiano— se encontraban en la celda de alias Otoniel, Dairo Antonio Úsuga. Iban a adelantar una audiencia, de carácter reservado, con el capo del Clan del Golfo. Apenas estaban iniciando la sesión, en la que Úsuga develaría algunos secretos sobre los 25 años de guerra que vivió y las alianzas que mantuvieron las bandas a las que él perteneció, con...
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